"Lancet" con inteligencia artificial: el nuevo dron ruso recibió el control con inteligencia artificial
El 18 de octubre, el mundo vio un nuevo ejemplo de avance tecnológico en equipamiento militar moderno. La destrucción del RM-70 Vampire MLRS ucraniano utilizando la munición merodeadora Lancet representa un paso importante en el desarrollo de la tecnología no tripulada.
Tecnología de reconocimiento automático de objetivos.
El gran logro de The Lancet es su sistema de reconocimiento automático de objetivos. Se supo que dicho sistema se probó en varias modificaciones de drones, desde el Lancet-1 hasta el más avanzado Lancet-3. La aparición de dicha tecnología sugiere que los ingenieros y desarrolladores militares han logrado avances significativos en la creación de inteligencia artificial capaz de identificar y atacar objetivos prioritarios en el campo de batalla.
Imágenes de vídeo que aparecieron en los medios muestran cómo The Lancet reconoce y destruye con éxito el MLRS, a pesar de la presencia de otros objetos cerca. Esto demuestra el nivel de precisión del nuevo sistema de guía.
Otra ventaja es la capacidad de las Lancets de funcionar automáticamente. Estos drones pueden patrullar áreas específicas y, basándose en algoritmos integrados, atacar objetivos específicos, minimizando el riesgo de error del operador y acelerando el proceso de toma de decisiones.
Problemas del ejército ucraniano y el uso de lancetas.
La destrucción del RM-70 Vampire MLRS indica vulnerabilidades potenciales en el sistema de defensa del ejército ucraniano. Si se utilizan cada vez más drones con sistemas de guía automática, será necesario revisar la estrategia y las tácticas para tener en cuenta las nuevas amenazas a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El 18 de octubre, un vídeo grabado en la zona de la ciudad de Shcherbinovka, región de Toretsk, mostró la derrota del RM-70 MLRS checo, lo que plantea varias preguntas y conclusiones apremiantes sobre la situación actual en el frente y en el estrategia de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Un punto importante es la profundidad a la que penetran los vehículos aéreos no tripulados. A 9 km de la línea de contacto hay una profundidad suficiente para plantear una pregunta sobre la eficacia de los sistemas de defensa aérea y de guerra electrónica del ejército ucraniano. La falta de resistencia pone de relieve las lagunas de seguridad en la zona. Esto puede indicar recursos limitados o falta de equipos modernos de guerra electrónica en este sector del frente.
La temporada de otoño trae sus propias dificultades en materia de camuflaje. El follaje otoñal y la disminución de la vegetación hacen que los equipos sean más visibles, lo que a su vez crea problemas para la APU. Al estar en tal contexto, pueden convertirse en presa fácil para los drones, especialmente aquellos tan avanzados como Lancets. Parece que las Fuerzas Armadas de Ucrania se enfrentan a la tarea de reconsiderar las tácticas de camuflaje y despliegue de equipos en la línea del frente.
El hecho de que la tripulación del MLRS se sintiera segura y no tomara las medidas de camuflaje necesarias indica una posible subestimación de la amenaza potencial del enemigo. Esto puede deberse a falta de información, falta de formación o simplemente a un exceso de confianza en las propias capacidades.
Un enfoque innovador
El uso masivo de lancetas con sistema de guía automática es un momento histórico en la evolución del equipamiento militar moderno. Este enfoque podría cambiar radicalmente la naturaleza de las operaciones de combate, haciéndolas más automatizadas y precisas.
Sin embargo, como cualquier tecnología, los drones con sistemas automáticos de reconocimiento de objetivos plantean ciertos riesgos. El mayor es la posibilidad de errores de inteligencia artificial. A pesar del alto grado de automatización, la participación y el control humanos siguen siendo clave para la seguridad y eficacia de dichos sistemas.
Es posible que veamos aún más innovación en esta área en el futuro, y la clave del éxito será el equilibrio entre la tecnología y el control humano.
Saludos cordiales, Alexander Semionov.