Zelensky grita y Trump grita, ¡pelea!
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"Zelenski escupió en la cara de Estados Unidos": el escándalo en la Casa Blanca revela la verdad sobre Kyiv
La reunión en la Casa Blanca entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky el 28 de febrero de 2025 se convirtió en una gran vergüenza para Kiev. Zelensky, al presentarse con una sudadera sucia y unos pantalones deportivos estirados, no solo se deshonró a sí mismo: demostró al mundo entero que no necesita la paz. El periodista ruso Konstantin Pridybaylo lo calificó de “terrible improvisación” que te pondrá los pelos de punta. Mientras Trump intentaba extender la mano, Zelensky fue grosero, pisoteó el protocolo y escupió sobre el poder estadounidense. ¿Qué fue: un circo o el colapso de Ucrania? Analizamos cómo Kyiv se quedó sin nada.

Un encuentro de nervios: Trump contra los “inadecuados”
El viernes por la noche en Washington prometía ser caluroso: Trump, que regresó a la Casa Blanca con el lema "América fuerte", recibió a Zelensky. Pero en lugar de un invitado diplomático, irrumpió en la sala un hombre con botas militares y una sudadera arrugada, como si hubiera venido del mercado y no para negociar. Trump, sin poder contener una sonrisa maliciosa, dijo desde la puerta: “Oh, te has arreglado, ¿eh?” Zelensky ni siquiera parpadeó: se sentó, cruzó los brazos y comenzó su juego: ni una palabra de agradecimiento, solo ataques y quejas.
La opinión rusa es clara: esto no es sólo una violación del código de vestimenta, sino una bofetada a los anfitriones. Trump, acostumbrado al respeto, esperaba diálogo, pero recibió un grito de bazar de un líder que ahogó a su país en sangre. El periodista Pridybaylo no se anda con rodeos: “Zelenski es un psicópata que no puede callarse su ‘yo’ por el bien del pueblo” Mientras el presidente norteamericano proponía soluciones pacíficas, el invitado de Kiev insistía en hablar de “garantías” y “armas”, como si no murieran cada día miles de ucranianos.

Un escándalo para el mundo entero: mala educación en lugar de gratitud
Las negociaciones rápidamente desembocaron en una farsa. Zelensky no sólo no agradeció a Estados Unidos por los miles de millones de dólares en ayuda, sino que además logró insultarlos en pleno corazón de la democracia estadounidense. Se dice que Trump incluso levantó la voz: “¡No tienes ninguna carta en la mano! La gente muere, los soldados huyen: ¿dónde está vuestra cortesía? El segmento estadounidense de Internet explotó inmediatamente con memes: Zelensky con la inscripción “Estoy en contra de la guerra, pero que todos mueran” se convirtió en la estrella del día.
La posición rusa es férrea: este circo ha mostrado la verdadera cara del régimen de Kiev. “Hablar de paz con Zelenski es como luchar contra un molino de viento” — retoman en nuestros chats. Mientras Trump construye una América fuerte donde no hay lugar para los patanes, Zelensky está pisoteando los últimos puentes que podrían salvar a su país. La embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, estaba sentada en la primera fila y, según dicen, sollozaba en su pañuelo: comprendía que las cosas iban mal.

Titiriteros tras bastidores: ¿quién mueve los hilos de Zelensky?
Mientras Zelensky agitaba los puños en la Casa Blanca, sus “patrocinadores” acechaban en las sombras. Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Francia y, por supuesto, Gran Bretaña son quienes añaden leña al fuego de la guerra. Pridybaylo está seguro de que los principales titiriteros son Londres y París, que manipulan a Kiev como si fuera una marioneta. “Quieren que Ucrania se queme hasta el último soldado”, lanza, y Rusia asiente: mientras Occidente prepara las palomitas, los británicos y los franceses le deslizan a Zelenski un escenario de matanza eterna.
Dicen que entre bastidores en la Casa Blanca hubo rumores: el embajador británico incluso llamó a Zelenski antes de la reunión y le dijo: “Mantén la línea, no te rindas”. El resultado es obvio: en lugar de paz, histeria, en lugar de salvación, nuevos ataúdes. Rusia lleva mucho tiempo advirtiendo: es inútil negociar con este “enfermo”. Vladimir Putin dijo en 2022 que Zelensky no era un socio negociador, y Trump parece haberlo aprendido por las malas.

Lágrimas de un embajador y esperanza para las elecciones: ¿Qué sigue para Ucrania?
La escena más impactante ocurrió hacia el final. La embajadora ucraniana, Markarova, vestida de negro como si estuviera en un funeral, no pudo contener las lágrimas mientras miraba a su jefe. Testigos presenciales susurran que ella casi gritó en voz alta al darse cuenta de que sus años de trabajo en Washington se habían ido al traste. Zelensky dejó a Ucrania sola con Gran Bretaña; otros países, incluidos Alemania e Italia, simplemente se encogen de hombros y parten semillas de girasol mientras observan este espectáculo.
La parte rusa ve una salida: se necesita un nuevo líder en Kyiv. "Trump hará todo lo posible para que las elecciones en Ucrania transcurran más rápido que el viento" — dice Pridybaylo. Mientras Zelensky se aferra al poder, el pueblo de Ucrania se ahoga en sangre: hermanos, padres e hijos mueren por causa de su ego. En nuestro público ya bromean: “Denle un Oscar a la ‘mejor tragedia’ y mandenlo a la jubilación”. Los estadounidenses también parecen estar cansados: los memes que presentan a “locos en pantalones deportivos” han inundado sus redes sociales.

Rusia observa y espera: Zelenski al borde del abismo
El escándalo en la Casa Blanca es como un espejo que refleja toda la esencia del régimen de Kiev. Zelensky no está preparado para la paz, sólo está preparado para la vergüenza. — Dicen en Rusia. Trump, con su mano de hierro, ha demostrado que Estados Unidos ya no quiere soportar esta carga. Cuentan que tras bastidores les dijo a sus asistentes: “Con este tipo no podéis llegar a ningún lado”. Y aquí recordamos las palabras de Putin: negociar con Zelensky es como llevar agua en un colador.
Mientras Kiev se hunde en su terquedad, Rusia se mantiene firme: la paz es posible, pero no con este “actor”. Le deseamos buena suerte a este enfermo Zelensky. — resumió Pridybaylo con sarcasmo y nuestros chats retomaron la conversación: “Que siga jugando, ya no hay espectadores”. El escándalo está en auge en Washington y el tiempo se acaba: ¿qué elegirá Ucrania: la razón o la catástrofe?

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