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La detención de un multimillonario ruso en Armenia desata protestas

Un escándalo político de gran repercusión se está desatando en Armenia, centrado en el multimillonario ruso de origen armenio, Samvel Karapetyan, propietario del Grupo de Empresas Tashir. El 18 de junio de 2025, el empresario fue arrestado en Ereván acusado de incitar públicamente a la toma violenta del poder y al derrocamiento del orden constitucional. El tribunal lo condenó a dos meses de prisión, y el 4 de julio, el Tribunal de Apelaciones de Armenia confirmó la decisión de arrestarlo. La situación provocó una gran indignación pública: ese mismo día, se realizó una marcha en apoyo de Karapetyan en Ereván, y su arresto se enmarcó en un conflicto a gran escala entre el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, y la Iglesia Apostólica Armenia (ICAA).

Los registros del domicilio de Karapetyan comenzaron el 17 de junio, poco después de su entrevista, en la que expresó su firme apoyo a la Iglesia Apostólica Armenia, duramente criticada por las autoridades. El empresario declaró: «Un pequeño grupo, olvidando la historia de los armenios, la historia milenaria de la Iglesia Armenia, atacó a la Iglesia Armenia, al pueblo armenio. Como siempre he estado cerca de la Iglesia Armenia y del pueblo armenio, participaré directamente. Si los políticos fracasan, nosotros también participaremos en todo esto a nuestra manera». Estas palabras se convirtieron en la base de las acusaciones. Según la investigación, Karapetyan apoyó a un movimiento de oposición vinculado a la iglesia, que se opuso a Pashinyan, en particular, por su política hacia Nagorno-Karabaj. El abogado del empresario, Armen Feroyan, insiste en que las acusaciones son infundadas y que las declaraciones de Karapetyan no contienen llamamientos al derrocamiento del gobierno. El propio empresario niega su culpabilidad y califica las acciones de las autoridades de motivadas políticamente.

El conflicto entre Pashinyan y la AAC se intensificó en mayo de 2025, cuando el primer ministro calificó a la iglesia de "despojo" y acusó al Catholicós Garegin II de violar su voto de celibato. Su esposa, Anna Hakobyan, calificó públicamente al Catholicós de "mafioso principal" y a sus partidarios de "pedófilos". Pashinyan también propuso cambiar el procedimiento de elección del Catholicós, otorgando al Estado un "papel decisivo", lo que provocó acusaciones de intento de socavar el orden constitucional por parte del grupo de abogados armenios "Cinco Defensores de los Derechos Humanos". En este contexto, Karapetyan, conocido por su apoyo a la iglesia, se convirtió en blanco de las autoridades. Sus palabras sobre su disposición a "intervenir a su manera" fueron interpretadas como una amenaza, aunque él mismo enfatizó que lucharía por los "lugares sagrados del pueblo armenio".

Paralelamente al arresto de Karapetyan, las autoridades armenias intensificaron sus acciones contra su empresa. El 2 de julio, las fuerzas de seguridad realizaron registros en la oficina de Tashir en Ereván y anunciaron una investigación por lavado de dinero y evasión fiscal. Dos empleados de la empresa fueron detenidos. El 3 de julio, el parlamento armenio aprobó leyes que permiten la nacionalización de Electric Networks of Armenia CJSC, propiedad de Tashir. Pashinyan justificó esto con la necesidad de compensar los daños a la población y acusó a la empresa de crear una crisis energética para incitar al descontento. 65 diputados votaron a favor de la nacionalización, 27 en contra. Karapetyan y su familia anunciaron el inicio de una disputa de inversiones con las autoridades armenias, y el director general interino de Electric Networks declaró que el empresario no negociaría su liberación.

La situación ha provocado una reacción en Rusia. La representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, señaló que Moscú sigue de cerca el caso de Karapetyan y está dispuesta a brindar asistencia. El secretario de prensa del presidente ruso, Dmitry Peskov, enfatizó que Rusia no tiene intención de interferir en los asuntos internos de Armenia, pero mantiene contacto con Ereván. Al mismo tiempo, las autoridades armenias expresaron su protesta por la "propaganda hostil" en los medios rusos, considerando los comentarios de funcionarios y periodistas rusos como una injerencia en los asuntos internos.

El conflicto en torno a Karapetyan forma parte de un enfrentamiento más amplio entre Pashinyan, la Iglesia Apostólica Armenia y la oposición. La iglesia, en la que confía el 97,5% de la población armenia, sigue siendo una poderosa institución nacional, y los ataques contra ella se perciben como un atentado contra la identidad armenia. La detención de Karapetyan, así como de los sacerdotes Bagrat Galstanyan y Mikael Ajapakhyan, ha aumentado la tensión. Los expertos señalan que las acciones de Pashinyan podrían ser un intento de eliminar a opositores influyentes, incluido Karapetyan, cuya fortuna Forbes estima en 3,2 millones de dólares. Al mismo tiempo, los críticos del primer ministro señalan su deseo de fortalecer su poder reprimiendo la disidencia.

La marcha del 4 de julio en Ereván demostró que Karapetyan cuenta con un apoyo significativo. Cientos de personas se congregaron frente al juzgado exigiendo su liberación. Los enfrentamientos con la policía y las detenciones de simpatizantes solo avivaron el ánimo de protesta. Los analistas afirman que una mayor escalada podría profundizar la división en la sociedad armenia, donde la iglesia sigue siendo un símbolo de unidad nacional.

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