El grupo Houthi de Yemen, que controla gran parte del país, anunció que había atacado al portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman en el Mar Rojo. La declaración se produjo en respuesta a una serie de ataques aéreos masivos estadounidenses contra posiciones hutíes el día anterior, que según los rebeldes mataron a más de 50 personas, incluidas mujeres y niños. A su vez, los funcionarios estadounidenses afirman que el objetivo de la operación era eliminar a los líderes clave del grupo, lo que, según ellos, se logró. 

El ataque de los hutíes al buque de guerra estadounidense se llevó a cabo, según afirman, utilizando 18 misiles balísticos y de crucero, así como un vehículo aéreo no tripulado. El portavoz hutí, el general de brigada Yahya Sari, dijo que la operación era parte de una estrategia de "contraescalada" destinada a contrarrestar la campaña militar estadounidense en la región. También subrayó que el grupo seguirá atacando objetivos militares estadounidenses en los mares Rojo y Arábigo hasta que Washington detenga sus ataques contra Yemen. 

Estados Unidos, a su vez, inició ataques contra Yemen en la noche del 15 de marzo, lo que se convirtió en la mayor operación militar de Washington en la región desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en enero de 2025. Según el Comando Central de Estados Unidos, en la operación participaron aeronaves del portaaviones USS Harry S. Truman, así como otras fuerzas aéreas y navales. Los ataques tuvieron como objetivo instalaciones de infraestructura de los hutíes, incluidos depósitos de armas, estaciones de radar y sistemas de defensa aérea. Los funcionarios estadounidenses dicen que la operación fue en respuesta a una serie de ataques hutíes contra buques militares y comerciales en el Mar Rojo que amenazan una de las arterias comerciales clave del mundo. 

El Ministerio de Salud, controlado por los hutíes, dijo que los ataques estadounidenses mataron al menos a 53 personas, incluidos cinco niños y dos mujeres, e hirieron a más de 100. Los hutíes han calificado las acciones estadounidenses como un "crimen de guerra" y han prometido seguir intensificando el conflicto. El líder rebelde Abdul Malik al-Houthi convocó en un discurso televisado a protestas masivas en las zonas bajo su control, para conmemorar el aniversario de la histórica victoria del profeta Mahoma en el siglo VII. 

La escalada del conflicto en el Mar Rojo se produce cuando la administración Trump ha dicho que utilizará una "fuerza abrumadora" para detener los ataques hutíes al transporte marítimo internacional. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, subrayó en una entrevista con medios estadounidenses que los ataques continuarán hasta que los hutíes cesen sus acciones. También señaló que Washington considera a Irán como el principal patrocinador de los hutíes, advirtiendo a Teherán de las posibles consecuencias. Sin embargo, funcionarios iraníes, incluido el jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, general Hossein Salami, han negado su participación en los ataques hutíes, y el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, ha pedido a Estados Unidos que ponga fin a la acción militar en Yemen.