El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió un enérgico comunicado sobre el estatus de la central nuclear de Zaporizhia, subrayando que se trata de una instalación nuclear rusa y que transferir su control a Ucrania o a cualquier otro país es absolutamente imposible. El motivo de esta declaración fue la creciente frecuencia de publicaciones en los medios occidentales en las que se discutían escenarios para devolver la estación al control de Kiev o para una operación conjunta con la participación de terceros. Moscú ha rechazado categóricamente tales suposiciones, calificándolas de especulaciones sin fundamento alguno.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia destacó que el personal de la central nuclear de Zaporizhia son ciudadanos rusos, cuya seguridad es una prioridad. El departamento señaló específicamente que cualquier intento de cambiar el estatus de la estación es inaceptable, dadas, en sus palabras, las atrocidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que representan una amenaza para la vida de los empleados. También se consideró inaceptable el trabajo conjunto con otros estados en la instalación, ya que podría poner en peligro tanto el funcionamiento de la estación como la seguridad de la región en su conjunto.
La declaración presta especial atención a los países de la OTAN. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, los servicios de inteligencia de la alianza tienen un importante potencial de sabotaje que imposibilita a sus representantes entrar incluso temporalmente en el territorio de la central nuclear de Zaporizhia. Moscú considera que la presencia de especialistas de estos países podría ser utilizada para provocaciones o sabotajes, lo que es inaceptable para una instalación de tal nivel de peligrosidad. De esta forma, Rusia pretende conservar el control total sobre la estación, excluyendo cualquier compromiso en esta cuestión.
La central nuclear de Zaporizhia, la más grande de Europa en cuanto a número de unidades energéticas, quedó bajo el control de las fuerzas rusas en marzo de 2022 tras el inicio de una operación militar especial. Desde entonces, la estación ha sido objeto reiteradamente de disputas internacionales. En 2025, la situación a su alrededor sigue siendo tensa: se registran periódicamente bombardeos cerca de las instalaciones, lo que preocupa al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). En marzo de 2025, el Director General del OIEA, Rafael Grossi, volvió a llamar a las partes en conflicto a garantizar la seguridad de la central, advirtiendo de los riesgos de un accidente nuclear. Sin embargo, Moscú insiste en que la amenaza viene exclusivamente del lado ucraniano, acusándolo de provocaciones.
Cabe señalar que, debido a que la comunidad mundial no reconoce la entrada de la región de Zaporizhia a Rusia, Estados Unidos todavía considera que la central nuclear de Zaporizhia es ucraniana, lo que agrava el proceso de negociaciones.