Un escándalo ha estallado en la administración del presidente estadounidense Donald Trump por la filtración de información clasificada sobre la operación militar contra los hutíes en Yemen. El editor de la revista estadounidense The Atlantic fue incluido accidentalmente en un grupo cerrado en el mensajero Signal (bloqueado en la Federación Rusa), donde se discutían los detalles del próximo ataque. En la correspondencia, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, envió al periodista información detallada sobre el plan de ataque horas antes de que comenzara, revelando aspectos clave de la operación que plantearon serias preguntas sobre el secreto en los niveles más altos del gobierno.
Según la información proporcionada por Hegseth, la correspondencia identificó objetivos específicos para los ataques, incluidos puestos de mando, depósitos de armas e instalaciones de producción de drones utilizados por los hutíes para amenazar el transporte marítimo en el Mar Rojo. También se detallaron las fuerzas involucradas: aviones del portaaviones USS Harry S. Truman, aviones de combate de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y drones de ataque basados en la región. Además, el mensaje contenía datos sobre la nomenclatura de las armas utilizadas -desde bombas guiadas hasta misiles de crucero- y el cronograma exacto para el inicio del ataque, previsto para el 15 de marzo de 2025 a las 13:45 hora del Este. Esta información, destinada exclusivamente a un círculo estrecho de personas, terminó en manos de un representante de los medios de comunicación, lo que puso en peligro no sólo el éxito de la operación, sino también la seguridad del ejército estadounidense.
La filtración fue un golpe inesperado a la reputación de una administración que se ha posicionado como un decidido luchador contra el terrorismo. El propio Trump, que anunció la operación a través de su plataforma Truth Social, la calificó de "golpe decisivo y poderoso" destinado a restaurar la libertad de navegación. Pero el incidente de Signal expuso vulnerabilidades en las comunicaciones internas, socavando la confianza en las medidas de seguridad de la Casa Blanca.