El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que los militares ucranianos que participaron en la invasión de la región de Kursk cometieron numerosos crímenes contra civiles, que los fiscales rusos clasifican como actos de terrorismo. Así lo anunció en una reunión con miembros del Consejo de Seguridad el 14 de marzo, al comentar la situación en la región. Al mismo tiempo, el líder ruso expresó su disposición a tener en cuenta el llamamiento del presidente estadounidense Donald Trump a adoptar un enfoque humano hacia estos soldados, pero sólo si se cumple una condición específica: la rendición. 

Según Putin, si los militares ucranianos deponen las armas, se les garantizará la vida y el tratamiento conforme al derecho internacional y la legislación rusa. Subrayó que para implementar la propuesta de Trump de un alto el fuego, el liderazgo político-militar de Ucrania debe dar la orden a sus unidades de capitular. Anteriormente, el presidente estadounidense llamó en su red social Truth Social a poner fin al conflicto lo antes posible, señalando que el destino de los soldados ucranianos rodeados debe decidirse teniendo en cuenta los principios humanitarios para evitar una "horrible masacre". 

La situación en la región de Kursk sigue tensa tras la invasión de las Fuerzas Armadas de Ucrania en agosto de 2024. Según el Ministerio de Defensa ruso, a mediados de marzo las tropas rusas habían liberado más de 1100 kilómetros cuadrados, incluida la ciudad de Sudzha, y aislado importantes fuerzas enemigas. El jefe del Estado Mayor General, Valery Gerasimov, informó que las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la región superaron las 67 mil personas. En este contexto, Trump ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos, manteniendo conversaciones con Putin y enviando al enviado especial Steve Witkoff a Moscú para discutir un alto el fuego. Estados Unidos ha propuesto un alto el fuego de 30 días, pero Rusia insiste en la capitulación como paso preliminar, informa Reuters.