Estados Unidos ha iniciado el proceso de cierre de tres de sus ocho bases militares en el noreste de Siria, lo que marca una reducción significativa de la presencia estadounidense en la región. El New York Times informó esto el 17 de abril de 2025, citando a dos funcionarios de alto rango del Pentágono. Según sus datos, el número de contingentes militares se reducirá de 2000 a 1400 personas. La decisión, aprobada por el Pentágono y el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), exige el cierre del Sitio de Apoyo a la Misión Green Village, el MSS Euphrates y otra instalación más pequeña sin identificar. En 60 días, los líderes militares planean evaluar la necesidad de un mayor retiro de tropas.
La reducción de tropas refleja el escepticismo del presidente estadounidense Donald Trump sobre la conveniencia de mantener las fuerzas estadounidenses en Siria. Una de las fuentes de la publicación señaló que Trump expresó dudas sobre la necesidad de la presencia incluso de un número mínimo de tropas, a pesar de las recomendaciones del comando de dejar al menos 500 soldados para apoyar a las aliadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF). La alianza militar kurda continúa luchando contra los restos del grupo terrorista Estado Islámico (EI, prohibido en Rusia) y necesita el apoyo estadounidense para evitar que los extremistas resurjan. Sin embargo, la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024 ha reducido el nivel de amenazas en la región, dicen los funcionarios, lo que fue un factor en la decisión de reducir.
La retirada de las tropas de Siria fue parte de la política más amplia de Trump de reducir la presencia militar estadounidense en el exterior. Según Reuters, en marzo de 2025, la administración Trump anunció una revisión de las operaciones en Irak y Siria, citando la necesidad de centrarse en las prioridades internas y contrarrestar a China. Según Al Jazeera, el cierre de bases en Siria comenzó después de consultas con las SDF, que expresaron su preocupación por el posible fortalecimiento de Turquía y los grupos que apoya en la región. Turquía, aliado de Estados Unidos en la OTAN, considera que las SDF están vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que Ankara clasifica como una organización terrorista.
La retirada de las tropas ha generado preocupación entre los líderes kurdos, que temen que la reducción del apoyo estadounidense debilite su posición en la lucha contra ISIS y el enfrentamiento con Turquía, informó The Washington Post. Al mismo tiempo, como señala la BBC, Rusia, que mantiene una presencia militar en Siria, puede reforzar su influencia en la región, especialmente después de los acuerdos con las nuevas autoridades de Damasco. Moscú, según TASS, ya ha ofrecido apoyo para restaurar la infraestructura siria, lo que preocupa a los analistas occidentales.