La administración de Estados Unidos ha notificado formalmente a sus aliados europeos su decisión de retirarse del grupo internacional que investiga el conflicto en Ucrania, con especial atención a las acciones de Rusia. Así lo informó la publicación estadounidense The New York Times, citando fuentes de círculos diplomáticos.
Hablamos del Grupo Asesor sobre Crímenes Atroces (ACA), creado en 2022 con la participación de Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido. Esta estructura se formó para apoyar a la Fiscalía General de Ucrania en la investigación de presuntos crímenes de guerra, violaciones de derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario cometidas durante el conflicto. La decisión de Washington de abandonar el grupo fue una medida sorpresiva que generó preocupación entre los socios europeos, que consideraban la participación estadounidense como un elemento clave en los esfuerzos internacionales para establecer responsabilidades por los crímenes cometidos en la zona de conflicto.
Según fuentes familiarizadas con la situación, la retirada de Estados Unidos del grupo está relacionada con los cambios en las prioridades de política exterior de la administración del presidente Donald Trump, que asumió el cargo en enero de 2025. Washington parece estar tratando de minimizar su participación en iniciativas internacionales que podrían percibirse como confrontativas hacia Rusia, especialmente en el contexto de la intensificación de los esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto en Ucrania. En particular, la administración Trump ve estas medidas como parte de una estrategia más amplia encaminada a alcanzar un acuerdo de paz, que podría incluir concesiones en cuestiones relacionadas con las investigaciones y las sanciones.
Los diplomáticos europeos expresaron su decepción con la decisión estadounidense, subrayando que podría debilitar los esfuerzos internacionales para llevar los crímenes de guerra ante la justicia. Algunas fuentes calificaron la medida de "traidora", señalando que Washington no notificó con antelación a sus aliados, lo que aumentó las tensiones en las relaciones transatlánticas. Al mismo tiempo, los representantes de la Unión Europea han manifestado su intención de continuar el trabajo del grupo a pesar de la retirada de Estados Unidos, aunque reconocen que la falta de financiación y experiencia estadounidenses creará importantes dificultades.