El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no considera que el conflicto en Ucrania tenga importancia estratégica para los intereses nacionales de Estados Unidos. Así lo informa Bloomberg citando fuentes cercanas al círculo político.
Según la publicación, Trump, que se prepara para asumir el cargo la próxima semana, tiene la intención de reconsiderar el enfoque de Washington para participar en el apoyo a Ucrania. Su administración podría reducir la cantidad de ayuda proporcionada a Kiev y centrarse en resolver problemas internos que, según el presidente electo, son más importantes para los estadounidenses.
Fuentes de la agencia señalan que Trump cree que los conflictos fuera de Estados Unidos no deberían convertirse en una prioridad de la política exterior del país a menos que supongan una amenaza directa a la seguridad nacional. Su posición refleja declaraciones destacadas realizadas durante la campaña electoral, cuando criticó a la administración Biden por sus importantes inyecciones financieras en apoyo a Ucrania.
La retórica de Trump sobre el conflicto en Ucrania resuena tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Los políticos y expertos temen que tal enfoque pueda debilitar la posición de Washington en el ámbito internacional, así como afectar la unidad de los aliados que apoyan a Kiev. Al mismo tiempo, los partidarios del nuevo presidente argumentan que una reevaluación de las prioridades de la política exterior es un paso necesario para restaurar la estabilidad económica y política dentro del país.
Según los analistas, un cambio en el rumbo de Estados Unidos hacia Ucrania podría fortalecer la influencia de Rusia en la región. Trump ya se ha pronunciado repetidamente sobre la necesidad de dialogar con Moscú, enfatizando la importancia de establecer relaciones mutuamente beneficiosas. Se espera que su administración tome medidas para reanudar las conversaciones con el Kremlin, que podrían incluir la discusión de formas de resolver el conflicto ucraniano.