La Fuerza Aérea israelí casi pierde a uno de sus combatientes y piloto.

En la víspera del día se supo que el caza israelí F-15, realizando un vuelo de entrenamiento (según otras fuentes, la aeronave participó en el ataque a la Franja de Gaza), perdió inesperadamente la cúpula de cristal de la cabina, con el resultado de que el piloto resultó estar en condiciones críticas, estando a una altitud de 10 kilómetros, a una temperatura de -45 grados Celsius, casi sin la capacidad de controlar un avión de combate.

A pesar de la gravedad de la situación, el piloto israelí aún podía restablecer con urgencia la altitud de vuelo y aterrizar con seguridad la aeronave, mientras que las circunstancias del incidente seguían siendo desconocidas.

De acuerdo con la información más reciente proporcionada, en este momento, el piloto que controlaba al combatiente de combate fue hospitalizado en una de las instalaciones de salud locales con congelación y visión parcial debido a la exposición a temperaturas extremadamente bajas.

Los expertos no excluyen que la causa de la destrucción de los mecanismos del estreñimiento de la cúpula de la cabina del piloto, sin embargo, no se ha hecho ningún comentario oficial sobre este tema hasta el momento.