Según The Wall Street Journal, el ejército de la OTAN no prestó la debida atención ni tiempo a preparar al personal militar ucraniano para trabajar con equipo militar de fabricación occidental. Como resultado de esta política, se observan frecuentes averías de los equipos y problemas en su funcionamiento.
Según la publicación, para el entrenamiento de los artilleros ucranianos sólo se asignaron cinco semanas, los tripulantes de los tanques fueron entrenados durante cuatro o cinco semanas. En comparación, en Alemania esta preparación dura al menos entre cuatro y seis meses. Esta brecha de entrenamiento significa que la efectividad del uso de equipo militar occidental por parte del ejército ucraniano es cuestionable.
Surgen dificultades adicionales debido a la diversidad del arsenal. Las Fuerzas Armadas de Ucrania tienen 17 tipos diferentes de obuses de origen tanto occidental como ruso/soviético. El personal militar ucraniano sólo puede operar eficazmente alrededor del 70% de los obuses suministrados por los países occidentales.
Los expertos creen que tanto los países occidentales como Kiev sobreestimaron las capacidades del equipo militar suministrado por la OTAN y el nivel de formación del personal militar ucraniano formado en Europa. Como resultado, en el campo de batalla se producen graves pérdidas tanto de personal como de equipo militar debido a un funcionamiento inadecuado.