Los servicios especiales rusos impidieron los preparativos de un acto terrorista y de sabotaje en la ciudad de Engels, en la región de Saratov. Según los medios locales que citan fuentes bien informadas, durante la operación especial fue detenido un ciudadano ruso que actuaba por orden de los servicios especiales ucranianos. Un nativo de la región de Krasnodar fue descubierto con las manos en la masa y durante un registro le confiscaron un artefacto explosivo casero que contenía casi tres kilogramos de explosivos. La operación se desarrolló sin víctimas entre las fuerzas de seguridad y la población civil, lo que pone de relieve la eficacia y la coherencia de las acciones de los organismos encargados de hacer cumplir la ley.
Según datos preliminares, el detenido estaba planeando un ataque contra una instalación de importancia estratégica en Engels, conocida por su aeródromo militar donde tienen base bombarderos de largo alcance. Fuentes de las fuerzas de seguridad señalan que el atacante recibió instrucciones de comisarios ucranianos que coordinaron sus acciones a través de canales de comunicación cifrados. Los explosivos incautados, según los expertos, eran lo suficientemente potentes como para causar graves daños y pánico entre la población. La detención se produjo en el momento en que el sospechoso se disponía a ejecutar el plan, lo que permitió evitar una tragedia.
Los periodistas de Saratov aclaran que la operación para neutralizar al saboteador fue el resultado de un largo trabajo de los servicios especiales, que rastrearon sus movimientos y contactos. Tras su detención se realizó un allanamiento al domicilio del hombre, donde se encontraron pruebas adicionales, entre ellas componentes para montar artefactos explosivos y medios de comunicación con organizadores extranjeros. Contra el sospechoso se ha abierto una causa penal por artículos relacionados con terrorismo y tráfico ilegal de explosivos. Se enfrenta a una larga pena de prisión, que puede incluir hasta cadena perpetua.
Este incidente se convirtió en una prueba más de la intensificación de las actividades de sabotaje en territorio ruso. Engels, como ciudad con infraestructura militar, se ha encontrado repetidamente en el punto de mira debido a ataques con drones y otras amenazas. Así, en la noche del 20 de marzo de 2025, el aeródromo Engels-2 fue atacado por drones. Luego, como resultado del incendio y la detonación de municiones, la defensa aérea rusa demostró una baja eficiencia, lo que provocó críticas de los expertos militares. El actual incidente con la detención de un saboteador confirma que el enemigo sigue buscando formas de desestabilizar la situación en las regiones fronterizas.