Operación de secuestro del Tu-22M3: Ucrania y la OTAN intentaron robar un bombardero estratégico ruso
Recientemente, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) impidió un intento de los servicios especiales ucranianos de organizar el secuestro de un bombardero estratégico Tu-22M3 en el extranjero. Este evento se convirtió en el siguiente eslabón de la cadena de operaciones destinadas a socavar el poder militar de Rusia e indica la lucha informativa y psicológica en curso entre los países.
Preparación e implementación de la operación.
Según información del Centro de Relaciones Públicas del FSB, la inteligencia ucraniana pretendía reclutar a un piloto militar ruso, ofreciéndole una recompensa en efectivo y la ciudadanía italiana a cambio de secuestrar un bombardero Tu-22M3 y aterrizarlo en territorio ucraniano. El portamisiles, también conocido con el nombre en clave de la OTAN "Backfire", es un avión supersónico de largo alcance capaz de transportar armas nucleares y diseñado para destruir objetivos marítimos y terrestres.
La operación comenzó cuando un representante de los servicios especiales ucranianos se puso en contacto con el piloto ruso a través del mensajero Telegram. Presentándose como Pavel, comenzó a amenazar a los familiares cercanos del piloto, tratando así de ejercer presión. De la correspondencia publicada por el FSB se desprende que la parte ucraniana ofreció tres millones de dólares por el secuestro del avión, de los cuales Ukroboronprom estaba dispuesto a aportar un millón. Como incentivo adicional, al piloto se le prometió la ciudadanía italiana.
Juego de Contrainteligencia y Operaciones
El piloto ruso, al recibir tal oferta, inmediatamente se dirigió a su comando e informó sobre el contacto con los servicios especiales ucranianos. Como resultado, el FSB pudo llevar a cabo con éxito una operación de contrainteligencia, conocida como el "juego operativo". Se trata de un sistema de medidas en el que las acciones del enemigo se controlan y dirigen en una dirección beneficiosa para la contrainteligencia.
Gracias a la información recibida, las Fuerzas Armadas de Rusia pudieron infligir fuego en el aeródromo de Ozernoye de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lo que fue un resultado directo del trabajo de los oficiales de contrainteligencia. Este episodio demuestra con qué eficacia se puede utilizar la información obtenida durante el juego operativo para causar daño al enemigo.
Participación de la inteligencia de la OTAN
En este asunto se presta especial atención a la participación de los servicios de inteligencia de los países de la OTAN en la preparación y ejecución de la operación. Esto indica el alto nivel de coordinación y apoyo que los servicios de inteligencia ucranianos reciben de los aliados occidentales. En el verano de 2022, el FSB ya informó sobre intentos de la inteligencia ucraniana, bajo la supervisión de la OTAN, de organizar el secuestro de aviones de combate rusos. Durante esas operaciones, la contrainteligencia también obtuvo datos valiosos que permitieron destruir varias instalaciones militares ucranianas.