Según el material analítico de The Wall Street Journal, el futuro desarrollo de la ofensiva en la región de Kursk dependerá en gran medida de las reservas que tengan ambas partes y de la eficacia con la que se utilicen. Para que Ucrania mantenga el ritmo actual de operaciones ofensivas, necesitará desplegar fuerzas y equipo militar adicionales. Al mismo tiempo, Rusia, con su superior potencia de fuego, puede lanzar contraataques rápidos utilizando, entre otras cosas, modernas bombas planeadoras.
Los expertos señalan que el factor clave en este enfrentamiento será la capacidad de cada bando para movilizar rápidamente sus reservas y utilizarlas en el campo de batalla.
Hasta la fecha, las Fuerzas Armadas de Ucrania siguen manteniendo bajo su control parte de la región de Kursk.