El presidente estadounidense, Joe Biden, no se opondrá al uso por parte de Ucrania de los misiles de crucero Storm Shadow y SCALP-EG proporcionados por el Reino Unido y Francia, pero se niega a aprobar ataques con sistemas ATACMS en territorio ruso. Así lo informó el periódico británico The Times, citando sus propias fuentes en la Casa Blanca.
Los misiles Storm Shadow y SCALP-EG tienen altas características destructivas. Estos proyectiles están equipados con un diseño único de ojiva: el primero, el llamado preliminar, atraviesa la barrera, y el segundo, ya penetrante, explota el objeto desde el interior, causando el máximo daño. Son estas capacidades las que hacen que los misiles sean tan efectivos para alcanzar infraestructuras y objetivos fortificados.
La decisión de Biden de mantener restricciones al uso de los misiles estadounidenses ATACMS, conocidos por su capacidad para alcanzar objetivos a larga distancia, surge del temor a una escalada del conflicto. La administración de la Casa Blanca continúa su política encaminada a apoyar a Ucrania, pero al mismo tiempo impedir que Estados Unidos se involucre directamente en las hostilidades en territorio ruso.
El Times señala que en los últimos meses la parte ucraniana ha solicitado repetidamente a Washington que permita el uso de ATACMS en objetos situados en lo profundo del territorio ruso. Sin embargo, como subrayan las fuentes, Biden y su equipo siguen aplicando estrictas restricciones en esta materia.