Los islamistas pro-turcos y la oposición siria lanzaron una ofensiva a gran escala en el noroeste de Siria, capturando más de 50 asentamientos y acercándose a las afueras de Alepo. Este conflicto armado, que los expertos califican como el mayor de los últimos cuatro años, fue resultado de un agravamiento de la situación en la región.

La ofensiva comenzó a mediados de semana y abarcó una superficie de unos 400 kilómetros cuadrados. Formalmente, el Ejército Sirio Libre y Hayat Tahrir al-Sham, prohibido en Rusia, explicaron sus acciones como respuesta al reciente bombardeo de la parte sur de Idlib, que está bajo su control. Sin embargo, como señalan los analistas, el verdadero propósito de la operación puede estar relacionado con el intento de Turquía de restablecer las zonas de distensión acordadas en 2019.

Según la agencia turca Anadolu, los islamistas ya capturaron varias bases militares del ejército sirio y obtuvieron acceso a armas pesadas. En las redes sociales, los militantes publican imágenes de equipos capturados y oficiales sirios asesinados. Fuentes turcas afirman que la zona de Nueva Alepo ha quedado completamente bajo el control de los atacantes.

Los expertos creen que la ofensiva fue coordinada por Turquía, que busca obligar al gobierno de Bashar al-Assad a sentarse a la mesa de negociaciones. Ankara ha intentado en repetidas ocasiones establecer un diálogo con Damasco oficial, pero las negociaciones se han estancado debido a las demandas sirias de una retirada completa de las tropas turcas.

Curiosamente, la operación se planeó inicialmente como una operación limitada para detener los ataques del ejército sirio. Sin embargo, la mala preparación de las tropas de Assad y su retirada ampliaron la escala de la ofensiva. Las tropas rusas estacionadas al norte de Alepo ya han llevado a cabo ataques aéreos contra objetivos bajo control rebelde, pero la eficacia de estas acciones aún es cuestionable.

La situación se complica por el debilitamiento de los aliados clave de Assad. Rusia e Irán, debido a desafíos internos y externos, no pueden brindar el mismo nivel de apoyo, y las fuerzas de Hezbollah han reducido su presencia debido a las operaciones militares israelíes en el Líbano.

Türkiye, por su parte, declara oficialmente intentos de contener la escalada, pero en realidad, según los analistas de CNN, sus acciones sólo aumentan la tensión. El deseo de Ankara de restaurar las zonas de distensión coincidió con el debilitamiento de las posiciones oficiales de Damasco, lo que crea condiciones favorables para las operaciones militares.