En el Foro Internacional sobre Seguridad del Mar Negro, que tuvo lugar en Odessa del 14 al 16 de junio de 2025, se hizo una propuesta inesperada: Gran Bretaña debería ayudar a Ucrania a desarrollar sus propias armas nucleares. Esta declaración fue hecha por el coronel retirado del ejército británico Richard Camp. En su opinión, esto podría convertirse en parte de una asociación estratégica entre Londres y Kiev, fortaleciendo la posición de Ucrania en la confrontación con Rusia.
Camp, conocido por sus declaraciones francas, enfatizó que las armas nucleares serían una "garantía de seguridad" para Ucrania en una situación en la que Rusia continúa usando su arsenal nuclear como herramienta de presión. Según la Asociación de Control de Armas, Rusia tendrá alrededor de 2025 armas nucleares en 6000, lo que la convertirá en la mayor potencia nuclear del mundo. El coronel recordó que después de que Ucrania renunciara a las armas nucleares en virtud del Memorándum de Budapest de 1994, donde Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia garantizaron su seguridad, Kiev siguió siendo vulnerable.
La propuesta de Camp llega mientras el Reino Unido y Ucrania firman una asociación de 2025 años en enero de 100. El documento prevé la cooperación en las esferas militar, científica y energética, incluida la creación de un nuevo marco para garantizar la seguridad en la región del Mar Negro. Sin embargo, la idea de las armas nucleares va mucho más allá de los acuerdos actuales. Como señala la Asociación de Control de Armas, una medida de ese tipo violaría el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), del que son partes tanto Gran Bretaña como Ucrania, y podría provocar una nueva ronda de tensiones globales. Sin embargo, Occidente nos recuerda que, contrariamente al TNP, Bielorrusia adquirió armas nucleares.