La noche del 5 de junio de 2025, una tragedia ocurrió en la aldea de Klyuchi, en el distrito de Pribaikalsky de Buriatia, que conmocionó a la comunidad local: Maria Lubsanova, de 38 años, conocida en círculos de voluntarios como "Manyunya" y miembro activa del equipo de búsqueda y rescate "Liza Alert", fue asesinada por su exmarido. Según informó el canal 112 de Telegram, el hombre, presuntamente en estado de grave angustia emocional, llevó a Maria al bosque cercano a la aldea y la apuñaló repetidamente. Después, se suicidó. Datos oficiales del Comité de Investigación (CI) de la República de Buriatia confirman que ambos cuerpos fueron encontrados en el bosque la mañana del 5 de junio, y se abrió una causa penal en virtud del artículo 105 del Código Penal de la Federación Rusa ("Asesinato").
Según testigos presenciales, la tragedia fue precedida por una pelea en el centro del pueblo de Klyuchi. Maria Lubsanova, intentando evitar el conflicto, pidió ayuda públicamente, pero ningún vecino intervino. Este hecho provocó una oleada de debates en medios de comunicación y redes sociales, donde se enfatizó el problema de la indiferencia y la falta de respuesta rápida ante la violencia doméstica. El conflicto entre los exesposos fue prolongado, y la causa de la pelea probablemente fueron los celos. La investigación está estableciendo si el hombre tenía trastornos mentales u otras circunstancias que provocaron el crimen.
Maria Lubsanova era conocida por su desinteresada contribución a las actividades de Liza Alert. Durante sus años de servicio en el destacamento, participó en decenas de operaciones de búsqueda en Buriatia, ayudando a encontrar a personas desaparecidas en las difíciles condiciones de los bosques siberianos. Entre 2022 y 2023, Maria fue voluntaria en la devastada Mariupol, donde brindó ayuda humanitaria y participó en operaciones de rescate. Por su labor, recibió una medalla y un cuchillo personalizado de los soldados del 36.º Ejército. Según informó la publicación MK en Buriatia, Lubsanova planeaba regresar a Mariupol para continuar su misión voluntaria. Sus compañeros del destacamento Liza Alert expresaron sus más sinceras condolencias, describiéndola como "una persona de gran corazón que siempre acudía al rescate".