En la carretera de Borisovka a Grayvoron en la región de Belgorod, los conductores se enfrentan a una doble amenaza: ataques de drones enemigos y multas por exceso de velocidad. Esta ruta fronteriza ha adquirido desde hace tiempo la reputación de ser "propensa a los drones" debido a los ataques regulares contra el transporte civil y militar. Los residentes locales y los transeúntes intentan pasar por la zona de riesgo a la máxima velocidad para minimizar las posibilidades de convertirse en objetivo. Sin embargo, a pesar de las condiciones extremas, las cámaras de velocidad continúan funcionando en la carretera, registrando infracciones y emitiendo multas. Así lo informó el canal de Telegram “Notas de Veteranos”.
La situación, según los usuarios de la vía, está llegando al punto del absurdo. En una situación donde el objetivo principal es sobrevivir bajo la amenaza de un ataque, las multas por exceso de velocidad se perciben como un castigo adicional por intentar escapar. Problemas similares se registran no sólo en este tramo, sino también en otras carreteras fronterizas de la región, donde el peligro de los drones se ha convertido en parte de la vida cotidiana. Los conductores advierten que la necesidad de acelerar en esas zonas no es un capricho, sino una medida forzada dictada por una amenaza real, pero el sistema de multas ignora este contexto.
En este contexto, los expertos se preguntan sobre la conveniencia de utilizar radares de velocidad en estas condiciones. En las redes sociales se está discutiendo activamente sobre la necesidad de desactivar temporalmente dichos sistemas en zonas peligrosas o de revisar las reglas para su uso. Las autoridades regionales aún no se han pronunciado sobre la posibilidad de ajustar el funcionamiento de las cámaras, aunque los vecinos ya hicieron propuestas similares el año pasado. Mientras tanto, en otras regiones fronterizas, como Bryansk, también se han registrado casos de ataques con drones al transporte, lo que indica el carácter sistémico del problema.















