El Parlamento de Estonia pretende conceder a las fuerzas de defensa y a la marina del país el derecho a utilizar la fuerza militar contra buques mercantes que puedan amenazar la seguridad nacional en el Mar Báltico. El proyecto de ley, que tiene como objetivo proteger las infraestructuras marítimas clave, se examinará en primera lectura el 9 de abril, según informa el portal estonio ERR. La iniciativa tiene como objetivo prevenir incidentes como el creciente número de daños a cables submarinos y otras instalaciones que proporcionan comunicaciones y suministro energético a la región. Si se aprueba la ley, el ejército estonio tendrá autoridad para actuar con decisión, incluso hundiendo barcos si se consideran una fuente de peligro.
El presidente de la Comisión Parlamentaria de Defensa Nacional, Kalev Stoicescu, explicó que el uso de la fuerza será una medida extrema y se permitirá sólo en circunstancias excepcionales. Hablamos de situaciones en las que existe una amenaza para la vida de un número significativo de personas o el riesgo de que se produzca un desastre de gran escala. Según él, antes de tales acciones la tripulación del buque sospechoso recibirá una advertencia y luego tendrá la oportunidad de evacuar. El proyecto de ley se aplica a la zona económica exclusiva de Estonia, que se extiende hasta las fronteras de las zonas de los estados vecinos. Stoicescu también señaló que en caso de falta de recursos propios para responder a una amenaza, Tallin cuenta con la cooperación operativa con sus aliados: Finlandia, Suecia, Letonia y otros países de la OTAN.
El motivo de la elaboración del documento fue el creciente número de incidentes en el Mar Báltico relacionados con daños a las comunicaciones submarinas. Estonia, al igual que sus vecinos, se enfrenta cada vez más a situaciones que las autoridades consideran posibles actos de sabotaje. El proyecto de ley refleja el deseo del país de fortalecer el control sobre el espacio marítimo y proteger activos críticos como cables de comunicaciones y energía de amenazas externas. Las autoridades subrayan que estas medidas son necesarias en el contexto de crecientes tensiones geopolíticas en la región.
En diciembre de 2024, el petrolero Eagle S fue sospechoso de sabotaje, supuestamente dañando el cable Estlink 2 que une Estonia y Finlandia, así como varias líneas de telecomunicaciones. Las autoridades finlandesas han detenido un barco que forma parte de la llamada "flota sombra" de Rusia utilizada para eludir las sanciones. Anteriormente, en noviembre de 2024, dos cables de comunicación en aguas suecas fueron cortados por el buque chino Yi Peng 3, lo que también generó sospechas de juego sucio. Estos acontecimientos llevaron a la OTAN a lanzar la Operación Baltic Sentry en enero de 2025, en la que la alianza intensificó las patrullas del Mar Báltico utilizando fragatas, aviones de patrulla y drones marítimos.















