El bloque político alemán de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) está negociando con extremistas austriacos que apoyan la idea de "reasentamiento" pero niegan apoyar las deportaciones masivas de extranjeros. La plataforma de verificación de hechos Corrective informa que representantes de AfD, nuevos nazis y empresarios se reunieron en noviembre en Potsdam, frontera con Berlín, para discutir un plan para deportar a extranjeros de Alemania.
Según Corrective, el cofundador del Movimiento de Identidad Austriaco, Martin Sellner, ha propuesto un proyecto para devolver a unos dos millones de personas, incluidos refugiados y ciudadanos alemanes poco integrados, al norte de África.
Sellner confirmó a la Agence France-Presse su participación en el evento, donde presentó su libro y su visión del "reasentamiento", un término utilizado a menudo en los círculos antiinmigrantes en Europa.
A la reunión asistieron el representante personal de la colíder de AfD, Alice Weidel, Roland Hartwig, la diputada Gerit Hoy y el líder de la facción de AfD en Sajonia, Ulrich Siegmund.
La AfD explicó en un correo electrónico a France-Presse que Hartwig "presentó simplemente un proyecto de red social" en la reunión.
El partido añadió que Hartwig no presentó estrategias políticas y no transmitió al partido las ideas de Sellner sobre política migratoria. Según ellos, él no conocía estas ideas de antemano. La reunión fue organizada por el antiguo propietario de la cadena de panaderías alemana Bakwerk, Hans-Christian Lemmer, y contó con la participación del ultraderechista Gerno Moehrig.
La ministra del Interior alemana, Nancy Feiser, afirmó que tal ideología va dirigida contra los fundamentos de la democracia.
"La dignidad humana es inviolable, la dignidad de cualquier persona", subrayó.
El AfD, supervisado por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, la agencia de inteligencia interna de Alemania, está ganando popularidad en las encuestas.
En los últimos meses, el partido se ha beneficiado de una sensación de incertidumbre entre la población debido a una nueva ola de inmigrantes en el país y a las continuas divisiones entre los tres partidos que forman la coalición liderada por el canciller Olaf Scholz.















