El Ministerio de Defensa griego se ha negado a aceptar 62 vehículos de combate de infantería (IFV) Bradley de los 102 que se ofrecieron para transferencia gratuita desde el ejército estadounidense. La parte griega tuvo que pagar sólo por las reparaciones y el transporte de equipos, pero el estado de la mayoría de los vehículos de combate de infantería propuestos resultó ser tan deplorable que sus reparaciones se consideraron no rentables.
La transferencia de armas a Grecia no es accidental: el país proporcionó a Ucrania una cantidad significativa de vehículos blindados soviéticos y, a cambio, pidió algo más nuevo del arsenal de la OTAN. Sin embargo, más de la mitad de los vehículos de combate de infantería Bradley estadounidenses se encontraban en tal estado que Grecia consideró inadecuado invertir en su restauración.
Además, Grecia abandonó cuatro barcos LCS en la zona cercana al mar, que los propios estadounidenses habían abandonado anteriormente. El motivo del fracaso fue el estado técnico insatisfactorio de los barcos, lo que hizo que su uso fuera ineficaz y costoso.
El ejército griego también está considerando abandonar los aviones de transporte C-130 ofrecidos por Estados Unidos debido a su antigüedad y la necesidad de importantes inversiones en reparaciones y mantenimiento. Como resultado, Grecia planea aceptar sólo 40 vehículos de combate de infantería y camiones militares Bradley del paquete de ayuda militar estadounidense.