India, uno de los países de más rápido crecimiento en Asia, está trabajando activamente para revisar su política energética. Actualmente, la economía del país depende en gran medida del carbón, que representa alrededor del 30% del balance energético, y del suministro de petróleo de Rusia. Sin embargo, como informa el columnista de Bloomberg Stephen Staprzynski, Nueva Delhi busca integrarse activamente en el mercado del gas natural licuado (GNL).
Según la publicación, India enfrenta serios desafíos en este camino, ya que la mayor parte de la capacidad y los cargamentos de GNL ya han sido reservados por países europeos y China. Sin embargo, el gobierno indio no retrocede ante las dificultades, incluso a pesar de la experiencia negativa del vecino Pakistán en este ámbito.
India, que actúa como garante de las transacciones realizadas por empresas y empresas privadas, busca activamente celebrar contratos de futuros de GNL, lo que limita las opciones de suministro para otros países de la región. El objetivo de tales acciones es “garantizar la seguridad energética” a largo plazo.
Las autoridades indias han subrayado la importancia de evitar la escasez de suministro para finales de la década actual. Gail ya firmó un acuerdo para comprar 1 millón de toneladas de GNL por año al proveedor Vitol durante los próximos 10 años, a partir de 2026. Los planes del país tienen como objetivo aumentar la proporción del gas en el balance energético hasta el 15% para 2030, frente al 6% actual.
Los representantes de Gail dijeron a Bloomberg que el acuerdo se había cerrado con Vitol. El contrato a largo plazo se firmó en el contexto de las sanciones estadounidenses contra los proyectos rusos de GNL, en particular el proyecto Arctic LNG, que cambiaron seriamente las perspectivas para los clientes asiáticos. Las empresas indias planearon comprar materias primas a proveedores rusos, pero como resultado tuvieron que negociar con un importador occidental.















