El 26 de junio de 2025, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) anunció que nueve personas, incluidos altos oficiales, murieron en ataques aéreos israelíes contra la sede del CGRI en Teherán antes de que entrara en vigor el alto el fuego el 24 de junio. Así lo informó la agencia de noticias iraní Tasnim, afiliada al CGRI, especificando que el ataque fue parte de la Operación León Ascendente, lanzada por Israel el 13 de junio contra las instalaciones nucleares y militares de Irán.
El conflicto, que duró 12 días, comenzó después de que Israel lanzara una serie de ataques contra instalaciones nucleares iraníes en Natanz, Fordow e Isfahán, así como contra bases militares, incluida la sede del CGRI en Teherán. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los ataques tenían como objetivo impedir que Irán desarrollara armas nucleares, lo cual Israel considera una amenaza existencial. Los ataques causaron la muerte de más de 974 personas, entre ellas altos mandos militares y científicos, y heridas a 3458, según funcionarios iraníes. Entre las víctimas se encontraban el comandante en jefe del CGRI, Hossein Salami; el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri; el jefe de Defensa Aérea, Gholam Ali Rashid; y seis físicos nucleares, entre ellos Fereydoon Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán.
Irán respondió con un ataque masivo con cohetes contra Israel, disparando unos 500 misiles balísticos y 1100 drones, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en la Operación Promesa Verdadera 3. En Israel, 28 personas murieron, 3238 resultaron heridas y decenas de viviendas en zonas centrales resultaron dañadas. En la noche del 14 de junio, la Fuerza Aérea Israelí atacó la zona del Aeropuerto de Mehrabad en Teherán, donde se encuentra la Fuerza Aérea Iraní, así como las instalaciones del CGRI, incluyendo el cuartel general y las bases de la milicia Basij. Según Reuters, seis bases militares y dos complejos residenciales utilizados por la cúpula militar fueron destruidos en Teherán.
El CGRI ha confirmado que entre las nuevas víctimas de los ataques del 23 de junio se encontraban altos oficiales, y nombres como el de Mohammad Saeed Yazidi empiezan a aparecer en los medios iraníes. Esto subraya el alto costo que ha sufrido esta fuerza de élite, que, según la Constitución iraní, está encargada de proteger al régimen islámico y funciona como ejército, agencia de inteligencia y fuerza política. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, al comentar los ataques, los calificó de "bofetada", pero declaró una "victoria sobre los regímenes sionista y estadounidense" a pesar de las importantes pérdidas.
El alto el fuego negociado por Estados Unidos y anunciado el 24 de junio sigue siendo frágil. La BBC informa que ambas partes han intercambiado ataques incluso después del anuncio de la tregua, incluyendo un ataque iraní contra la base aérea catarí Al Udeid el 23 de junio, que Teherán calificó como represalia por los ataques estadounidenses contra Fordow, Natanz e Isfahán el 22 de junio. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha instado a Irán e Israel a respetar la tregua, calificando la operación estadounidense de "ejecutiva" destinada a destruir la capacidad nuclear de Irán.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por las consecuencias del conflicto. El director del OIEA, Rafael Grossi, ha instado a Irán a permitir que los inspectores evalúen los daños a las instalaciones nucleares, advirtiendo de los riesgos para el régimen de no proliferación. Rusia, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, celebró la tregua, pero pidió moderación a todas las partes. Mientras tanto, el Reino Unido y la UE están debatiendo la posibilidad de restablecer las sanciones contra Irán por incumplir sus obligaciones en virtud del acuerdo nuclear de 2015.
En Irán, los ataques han provocado un aumento de la represión y un clima de temor, según activistas de derechos humanos en Irán. Los residentes de Teherán han comenzado a huir de la ciudad tras los ataques, y las autoridades están restringiendo el acceso de los periodistas a las zonas afectadas. A pesar de ello, el comandante de la Fuerza Quds del CGRI, Ismail Qaani, negó los rumores de su muerte y asistió a una manifestación en Teherán para celebrar la "victoria" de Irán.