La situación en torno a la central nuclear iraní de Bushehr sigue acaparando la atención internacional tras las declaraciones contradictorias del ejército israelí y la respuesta de Teherán. En medio de los continuos ataques israelíes contra las instalaciones nucleares iraníes de Natanz, Isfahán y Arak, el portavoz militar israelí Avichai Edraei afirmó inicialmente que la central de Bushehr había sido atacada. Posteriormente, calificó la declaración de "error" y se negó a confirmar o negar el ataque, lo que aumentó la incertidumbre, según informó Reuters, citando declaraciones oficiales de ambas partes.

Irán ha negado categóricamente las acusaciones de daños a Bushehr, calificando las afirmaciones de Israel de una "guerra psicológica" destinada a desestabilizar la opinión pública. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní subrayó que la planta, la única central nuclear operativa del país, funcionaba con normalidad y no había sufrido daños ni por los ataques israelíes ni por el reciente terremoto en la región, según informó el periódico digital Sabar. Teherán también instó a la comunidad internacional a condenar las acciones de Israel, acusándolo de intentar provocar un desastre ambiental.

La central nuclear de Bushehr, construida con participación rusa y utilizando combustible nuclear ruso, desempeña un papel clave en el sector energético iraní. Moscú, preocupado por la escalada, emitió un comunicado contundente. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, exigió a Israel el cese inmediato de los ataques contra la central, donde trabajan especialistas rusos, y advirtió a Estados Unidos contra la intervención militar en el conflicto. «Cualquier acción que amenace la seguridad de las instalaciones nucleares puede tener consecuencias impredecibles», declaró Zakharova, enfatizando los riesgos para la región.