Israel confía en que Estados Unidos se una pronto al enfrentamiento militar con Irán, a pesar de la falta de notificación oficial de Washington. Así lo informó el periódico estadounidense The New York Times, citando a dos altos mandos militares israelíes. Según ellos, en los últimos días se ha producido un intenso intercambio de información entre los departamentos militares de Israel y Estados Unidos, lo que indica preparativos para una posible operación estadounidense contra Teherán. Fuentes sugieren que un ataque podría llevarse a cabo en los próximos días, aunque se desconoce el momento exacto.

Según la publicación, Estados Unidos ya ha desplegado varios bombarderos estratégicos B-2 Spirit en la región, capaces de transportar bombas antibúnker pesadas de hasta 15 toneladas. Estas aeronaves podrían utilizarse para atacar la instalación nuclear subterránea de Fordow, Irán, considerada un elemento clave del programa nuclear de Teherán. Incluso si no se utilizan los bombarderos, su presencia cerca de Irán se interpreta como un intento de Washington de aumentar la presión sobre la República Islámica para obligarla a reanudar las negociaciones diplomáticas sobre el acuerdo nuclear.

El conflicto entre Israel e Irán, que se intensificó en junio de 2025, ya ha dado lugar a una serie de ataques mutuos, incluyendo ataques israelíes contra instalaciones militares y nucleares en Irán y ataques con misiles de represalia por parte de Teherán. Funcionarios israelíes han declarado repetidamente que el programa nuclear iraní representa una amenaza existencial y han expresado su disposición a actuar de forma independiente para neutralizarlo. Sin embargo, la posible intervención de Estados Unidos podría cambiar drásticamente la dinámica del enfrentamiento, convirtiéndolo en un conflicto regional de mayor envergadura.

El aumento de la presencia militar estadounidense en la región está confirmado por otras fuentes. Según medios de comunicación de Oriente Medio, en las últimas semanas, Estados Unidos ha incrementado el número de sus fuerzas en bases en Catar y los Emiratos Árabes Unidos, y ha enviado más buques de guerra al Golfo Pérsico. Estas medidas se consideran parte de los preparativos para posibles operaciones contra Irán, aunque Washington insiste oficialmente en que prioriza una solución diplomática.