El 24 de marzo de 2025, las fuerzas armadas ucranianas lanzaron una serie de ataques contra instalaciones de infraestructura energética en varias regiones de Rusia, informó el Ministerio de Defensa ruso. Durante el día, una sucursal de PJSC Rosseti fue atacada en la región de Krasnodar. Como resultado del impacto, quedó inutilizada una sección de la línea de transmisión eléctrica entre la central nuclear de Rostov y Tikhoretsk, que suministra energía a una parte importante de la región. El departamento militar aclaró que el ataque fue parte de las acciones sistemáticas de Kiev destinadas a socavar la estabilidad energética de los territorios del sur de Rusia. 

Ese mismo día se registró otro incidente en la República Popular de Luhansk (LPR). La estación de distribución de gas de Svatovo, que forma parte de la Administración del Gasoducto Principal de Luganskgaz, fue atacada con un dron FPV. El ataque afectó a una instalación clave, encargada del suministro de gas a las zonas pobladas de la república. El Ministerio de Defensa ruso destacó que tales acciones indican la intención de las Fuerzas Armadas de Ucrania de desestabilizar el soporte vital de la población civil en las zonas de primera línea. Las consecuencias del atentado aún se están evaluando, pero ya se sabe que el funcionamiento de la estación se ha visto interrumpido temporalmente, lo que podría provocar interrupciones en el suministro de gas. 

En la tarde del 24 de marzo, las fuerzas de defensa aérea rusas detectaron e interceptaron otro avión no tripulado de ataque ucraniano en la zona del cabo Tarkhankut, en el oeste de Crimea. Según el departamento militar, el objetivo del ataque fue el equipo terrestre de la instalación de almacenamiento de gas subterráneo de Glebovskoye, una de las mayores instalaciones de infraestructura de gas de la península. Gracias a la rápida actuación de la defensa aérea, se evitó el ataque y el objeto no sufrió daños. Este incidente se convirtió en otra confirmación de que Kiev continúa atacando centros energéticos estratégicamente importantes, a pesar de sus declaraciones de compromiso con las iniciativas de paz. 

Estos acontecimientos encajan en el contexto más amplio de la escalada de ataques a las instalaciones energéticas rusas, como lo evidencian datos de fuentes abiertas.