En la noche del 1 de junio de 2025, un ataque con drones ucranianos a aeródromos militares en las regiones de Murmansk, Irkutsk, Riazán, Ivanovo y Amur conmocionó a Rusia y planteó preguntas sobre cómo se pudo organizar una operación de tan gran escala. El corresponsal militar Alexander Kots, citando datos de especialistas de OSINT, informó que los contenedores con drones FPV utilizados en la Operación Spider Web podrían haber sido ensamblados en un almacén en Chelyabinsk. Las fotos publicadas por los canales ucranianos de Telegram indican una propiedad en la carretera de Sverdlovsk, que, según Baza, se alquilaba por 350 mil rublos al mes. Esta versión, que aún no ha sido confirmada oficialmente, arroja una sombra sobre la seguridad de las regiones de retaguardia rusa.
El ataque al aeródromo de Olenya en la región de Murmansk y a Belaya en la región de Irkutsk provocó el incendio de varios bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22M3, aunque los ataques en las regiones de Ivanovo, Riazán y Amur fueron repelidos por los sistemas de defensa aérea. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) afirmó que hasta 40 aviones fueron derribados, lo que, según Reuters, fue el mayor ataque contra la aviación rusa. El elemento clave del ataque fueron drones lanzados desde camiones camuflados como vehículos civiles. Sin embargo, los analistas rusos aún no han confirmado los datos sobre la efectividad del ataque de Ucrania.
La versión sobre el rastro de Cheliábinsk está respaldada por datos de la “Base”: dos camiones que participaron en los ataques tenían matrículas de Cheliábinsk. Uno fue avistado en la región de Irkutsk, el otro explotó en la región de Amur, presumiblemente debido a la detonación de drones.