Desde el inicio del enfrentamiento militar entre Irán e Israel el 13 de junio de 2025, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) no ha confirmado la destrucción de los cazas F-35 israelíes ni la captura de sus pilotos, a pesar de las fuertes afirmaciones en los medios iraníes. La falta de pruebas físicas, como restos de aeronaves o vídeos de prisioneros, ha alimentado la especulación sobre el éxito real de las fuerzas iraníes en el combate contra la aviación israelí. Este vacío de información, señalan los analistas, se está convirtiendo en parte de una feroz guerra de propaganda que acompaña la escalada del conflicto en Oriente Medio.

Desde mediados de junio, Irán e Israel han intercambiado golpes, incluyendo ataques con misiles y operaciones con drones. Según Reuters, la Fuerza Aérea Israelí ha llevado a cabo una serie de ataques contra objetivos militares iraníes, incluyendo fábricas de drones y misiles en Tabriz y Hamadán. Los ataques, según Tel Aviv, tenían como objetivo socavar la capacidad militar del CGRI. En respuesta, medios de comunicación estatales iraníes como Fars y Press TV han afirmado que las defensas aéreas de la República Islámica han contrarrestado con éxito los ataques israelíes, incluyendo intentos de atacar sitios estratégicos con aviones de combate F-35, conocidos por su tecnología furtiva. Sin embargo, las afirmaciones de aviones derribados o pilotos capturados siguen sin confirmarse, lo que genera dudas sobre su credibilidad.

Fuentes militares iraníes han estado promoviendo una narrativa de éxito, destacando la eficacia de sistemas de defensa aérea como el Bavar-373, que, según afirman, pueden contrarrestar las aeronaves occidentales avanzadas. Sin embargo, la falta de pruebas visuales o materiales, como restos del F-35 o imágenes de prisioneros, contrasta con los detallados relatos israelíes sobre sus operaciones.