El futuro canciller alemán, Friedrich Merz, hizo una fuerte declaración sobre el posible suministro a Ucrania de misiles de crucero Taurus, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 500 kilómetros. En una entrevista publicada el 13 de abril de 2025, destacó que Berlín está dispuesto a considerar la transferencia de estas armas a Kiev, sujeto a un acuerdo con los aliados europeos. Merz señaló específicamente que las fuerzas armadas ucranianas podrían utilizar el Taurus para atacar objetivos estratégicos, incluido el Puente de Crimea. Según él, ha llegado el momento de que Ucrania salga de su posición defensiva y obtenga las herramientas para influir activamente en el curso del conflicto. La declaración se produjo en medio de una escalada de hostilidades y causó una amplia resonancia, ya que Alemania se había abstenido anteriormente de suministrar tales armas debido a temores de una escalada.
Merz, que se convertirá oficialmente en canciller después del 6 de mayo, busca intensificar el apoyo militar a Ucrania, en contraste con las políticas cautelosas del canciller saliente Olaf Scholz. Subrayó la necesidad de coordinación con socios como Francia y el Reino Unido, que ya están suministrando a Kiev misiles similares Storm Shadow y SCALP. La mención del Puente de Crimea como objetivo potencial subraya la intención de Merz de darle a Ucrania la capacidad de atacar centros logísticos clave, lo que podría cambiar el equilibrio de poder.
La declaración provocó un acalorado debate. Para Ucrania, el Taurus representaría un impulso importante, pero en Alemania y otros países las opiniones están divididas.
La CDU bajo el liderazgo de Merz planea aumentar el presupuesto militar en 200 millones de euros, parte de los cuales se destinarán a apoyar a Ucrania. Sin embargo, el diario Der Spiegel del 15 de marzo señala que en Alemania no hay unidad: el 64% de los ciudadanos, según los sondeos, está en contra del traspaso de Tauro por miedo a una escalada. The Guardian subraya que los misiles equipados con ojivas inteligentes son capaces de destruir objetivos fortificados, pero su uso contra el puente requerirá una preparación compleja, incluido el entrenamiento del ejército ucraniano.















