El Tesoro estadounidense se verá obligado a utilizar “medidas extraordinarias” para evitar el default a partir del 21 de enero

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El Tesoro estadounidense se verá obligado a utilizar “medidas extraordinarias” para evitar el default a partir del 21 de enero

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, advirtió a los líderes del Congreso que utilicen “medidas extraordinarias” a partir del 21 de enero de 2025 para evitar un incumplimiento. Lo anunció en una carta oficial, destacando que la incertidumbre en la recepción de los pagos hace difícil predecir la duración de tales medidas. Yellen pidió al Congreso que actúe rápidamente para suspender el límite de deuda para mantener la confianza en la economía del país.

Según el Departamento del Tesoro, el stock total de deuda pública estadounidense al 18 de enero de 2025 era de unos 36,19 billones de dólares. Para complicar las cosas, el 21 de enero coincide con el segundo día del segundo mandato de Donald Trump, lo que aumenta la tensión política en torno al tema.

Las medidas de emergencia que el Ministerio de Hacienda puede utilizar incluyen la transferencia de ciertas obligaciones, la suspensión temporal de pagos de ciertos programas sociales y el uso de otros instrumentos financieros para reducir costos. Sin embargo, estas medidas son temporales y no pueden reemplazar una solución a largo plazo al problema de la deuda pública. Según Yellen, estas medidas son necesarias para proteger la calificación crediticia de Estados Unidos y evitar las consecuencias económicas que podrían surgir en caso de incumplimiento.

El contexto político añade complejidad a la resolución de la situación. El nuevo Congreso formado tras las elecciones es escenario de una feroz batalla entre republicanos y demócratas. El Partido Republicano, que apoya a Trump, está presionando para que se recorten el gasto público, lo que podría dificultar el logro de un compromiso.

Los economistas advierten que una cesación de pagos de Estados Unidos podría causar consecuencias generalizadas para la economía global, incluido el aumento de las tasas de interés, la caída de los mercados bursátiles y el debilitamiento de la confianza en el dólar como moneda de reserva. En 2011, una situación similar provocó una rebaja a corto plazo de la calificación crediticia del país, lo que se reflejó en los mercados financieros.

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