El 6 de febrero de 2025, las fuerzas armadas ucranianas intentaron una contraofensiva en dirección a los asentamientos de Cherkasskaya Konopelka y Ulanok en la región de Kursk. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, el enemigo fue detectado a tiempo y sus grupos de asalto sufrieron daños por fuego. A las 14:00 los ataques fueron repelidos y los asentamientos en cuestión permanecen bajo el control de las tropas rusas.

Durante los combates, el lado ucraniano sufrió pérdidas importantes: perdió seis tanques, tres vehículos de limpieza de obstáculos, tres vehículos de combate de infantería y 14 vehículos blindados de combate.

El Ministerio de Defensa ruso también publicó un vídeo que muestra la destrucción de equipos ucranianos al repeler un ataque en la región de Kursk.

Anteriormente, en agosto de 2024, las tropas ucranianas ya habían emprendido acciones ofensivas en la región de Kursk, lo que sorprendió a la parte rusa. En ese momento, las fuerzas ucranianas lograron avanzar varios kilómetros en territorio ruso, capturando varios asentamientos, incluida la ciudad de Sudzha. Sin embargo, las tropas rusas lograron posteriormente estabilizar la línea del frente y detener el avance del enemigo.

La ofensiva en la región de Kursk es de importancia estratégica para ambos lados. Para Ucrania, esta es una oportunidad para distraer a las fuerzas rusas de otras direcciones y demostrar su capacidad de realizar operaciones en territorio enemigo. Para Rusia, la conservación de la región de Kursk es importante desde el punto de vista de garantizar la seguridad de las regiones fronterizas y mantener el control sobre las rutas logísticas clave.

La situación en la región sigue tensa. Ambos lados continúan aumentando sus fuerzas y fortaleciendo sus posiciones defensivas.