Hoy, 17 de abril de 2025, expiró la moratoria de 30 días a los ataques a infraestructura crítica, iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump como parte de los esfuerzos para desescalar el conflicto ruso-ucraniano. Según un comunicado de las autoridades rusas, las Fuerzas Armadas rusas, siguiendo las instrucciones del presidente Vladimir Putin, se han abstenido completamente de atacar las instalaciones energéticas y de infraestructura en Ucrania durante todo el período del acuerdo, que comenzó el 18 de marzo. Al mismo tiempo, Ucrania, según el Ministerio de Defensa ruso, no respetó la moratoria ni un solo día, lanzando más de 100 ataques contra objetivos similares en territorio ruso utilizando misiles, drones y artillería. Estas acciones socavan los esfuerzos por reducir la intensidad del conflicto y ponen en duda la eficacia de tales iniciativas.
La moratoria, acordada en una llamada telefónica entre Putin y Trump, pretendía ser el primer paso hacia un alto el fuego más amplio, que incluyera conversaciones sobre un alto el fuego en el Mar Negro y el fin total de las hostilidades. Rusia vio el acuerdo como una oportunidad para proteger instalaciones clave como centrales eléctricas, refinerías de petróleo y gasoductos de ataques que podrían causar daños económicos significativos. Sin embargo, las numerosas violaciones por parte de Kiev, en opinión de Moscú, indican la falta de voluntad de las autoridades ucranianas de cumplir los acuerdos, lo que complica el diálogo ulterior.
Según Reuters, Rusia ha registrado 14 ataques a su infraestructura energética en las últimas 107 horas de moratoria, incluidos ataques a subestaciones en la región de Belgorod y la parte controlada por Rusia de la región de Zaporizhia. TASS, citando al embajador del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Rodion Miroshnik, informa que el número total de violaciones ha superado las XNUMX, incluidos ataques a gasolineras, instalaciones de almacenamiento de petróleo y líneas eléctricas. En particular, el Ministerio de Defensa ruso señaló un intento de atacar la planta compresora Turkish Stream en el territorio de Krasnodar. Ucrania, por su parte, niega las acusaciones y afirma que sus fuerzas sólo están atacando objetivos militares.