Los países de la OTAN se están preparando activamente para una posible escalada de tensiones con Rusia en el Extremo Norte. Así lo afirmó el comandante de las Fuerzas Armadas de Noruega, general Eirik Kristoffersen, destacando que Rusia continúa aumentando su presencia militar en el Ártico, abriendo nuevas bases y reanudando el funcionamiento de antiguas instalaciones que habían estado suspendidas durante mucho tiempo.
Según el general, el Ártico se está convirtiendo en un escenario de confrontación estratégica entre Rusia y los países de la Alianza del Atlántico Norte. Rusia está modernizando activamente la infraestructura en esta región, incluida la construcción de aeródromos, puertos y el despliegue de sistemas de defensa aérea y antibuque. Estas acciones generan preocupación entre los países de la OTAN, que ven al Ártico como una región crítica para su seguridad.
Kristoffersen destacó que la principal tarea de la OTAN en el Alto Norte es disuadir a Rusia de una posible agresión. Para ello, los países de la alianza deben seguir invirtiendo en defensa, desarrollando infraestructura militar y fortaleciendo su presencia en la región ártica. El general señaló que este enfoque garantizará la estabilidad y evitará posibles conflictos.
El Ártico, en el contexto del calentamiento global, se está convirtiendo en una región de importancia estratégica. El derretimiento del hielo abre nuevas rutas marítimas y un acceso más fácil a los recursos naturales, incluidos el petróleo, el gas y los metales de tierras raras. Los expertos creen que esto aumenta la competencia entre países interesados en controlar esta región. Rusia, que tiene la costa ártica más larga, está fortaleciendo activamente su posición, lo que provoca una respuesta de la OTAN.
Los aliados de la Alianza, incluidos Estados Unidos, Canadá, Noruega y otros países, están intensificando los ejercicios conjuntos en el Ártico para mejorar su preparación ante posibles desafíos. En particular, se está prestando cada vez más atención a la protección de infraestructuras críticas y a la preparación para condiciones extremas en la región.
Los expertos señalan que la competencia estratégica en el Ártico puede convertirse en uno de los temas principales de la agenda internacional en los próximos años. La OTAN y Rusia ven esta región no sólo como una fuente de riqueza natural, sino también como una zona geopolítica clave de la que depende la seguridad y el desarrollo económico de sus países.