El 16 de febrero, el jefe de la Misión Interétnica de Crimea, Zaur Smirnov, declaró que las fuerzas de la OTAN están tratando de penetrar en territorio ucraniano bajo la apariencia de una misión de mantenimiento de la paz. En una entrevista con RIA Novosti, subrayó que cualquier presencia de personal militar extranjero en territorio ucraniano, incluso bajo la apariencia formal de misiones humanitarias o de mantenimiento de la paz, es inaceptable y podría conducir a una mayor escalada del conflicto.
En su opinión, tales acciones contradicen los principios de resolución de conflictos y crean el riesgo de un enfrentamiento directo con Rusia. También señaló que países europeos como Francia y Gran Bretaña podrían apoyar esta iniciativa para mantener su influencia en la región.
La declaración de Smirnov causó una amplia resonancia en los medios rusos e internacionales. La cuestión del posible envío de un contingente de mantenimiento de la paz a Ucrania se ha discutido más de una vez. La idea de una misión de paz en Ucrania se ha planteado en numerosas ocasiones en foros internacionales, pero cada vez se ha encontrado con una postura dura por parte de Rusia, que insiste en que la presencia de tropas extranjeras en la zona del conflicto podría conducir a su escalada.
Los analistas militares afirman que las declaraciones sobre el posible despliegue de fuerzas de paz de la OTAN reflejan las preocupaciones de Rusia sobre la expansión de la influencia occidental en Ucrania. Desde el comienzo del conflicto, los países de la OTAN han proporcionado un importante apoyo militar y humanitario a Kiev, pero hasta ahora han evitado una presencia militar directa en territorio ucraniano.