En la madrugada del 24 de junio de 2025, Irak sufrió una serie de ataques con drones contra instalaciones militares clave, incluyendo sistemas de radar y bases aéreas. Según Reuters, los ataques impactaron los radares AN/TPS-77 de la base aérea de Taji, al norte de Bagdad, y de la base aérea de Imam Ali, en la provincia de Dhi Qar, así como de la base aérea de Balad, en la provincia de Salahuddin. Los incidentes, que se producen en medio de la reciente escalada de tensiones entre Irán e Israel, han aumentado la preocupación por la seguridad de la infraestructura de defensa iraquí.

El radar AN/TPS-77, fabricado por Lockheed Martin, puede detectar objetivos a una distancia de hasta 470 km y desempeña un papel clave en la vigilancia del espacio aéreo. El ataque al radar Taji causó daños significativos, mientras que un segundo ataque impactó un sistema similar en Imam Ali, según el portavoz militar iraquí Sabah al-Numan. Otro dron se estrelló en el barrio de Radwaniyah, a 10 km del Aeropuerto Internacional de Bagdad, donde se encuentran estacionadas las fuerzas estadounidenses como parte de la coalición contra el ISIS. Además, el ataque a la Base Aérea de Balad, que almacena munición para cazas F-16, no causó víctimas, pero generó preocupación debido a su proximidad a instalaciones estratégicas. Las fuerzas iraquíes interceptaron con éxito drones que apuntaban a otros cuatro sitios, evitando daños adicionales.

Los ataques se produjeron poco después de que Irán lanzara un ataque con misiles contra la base aérea estadounidense Al Udeid en Qatar en represalia por el bombardeo estadounidense de las instalaciones nucleares de Teherán, lo que alimentó las especulaciones sobre la posible vinculación de los incidentes con un conflicto regional. Sin embargo, una fuente cercana a los grupos respaldados por Irán negó cualquier implicación, según informó AFP, sugiriendo que Israel o Estados Unidos podrían estar detrás de los ataques. Las autoridades iraquíes aún no han determinado si los drones fueron lanzados desde territorio iraquí o desde el extranjero, lo que complica la investigación.

El primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, ordenó la creación de una comisión de alto nivel para investigar los ataques e identificar a los responsables. Al-Numan calificó las acciones de "cobardes y traicioneras", subrayando que todos los objetivos atacados estaban bajo el control total de las fuerzas iraquíes. La ausencia de bajas fue un factor importante, pero los daños al radar ponen en peligro la capacidad de Irak para rastrear amenazas aéreas, especialmente en el contexto de la escalada entre Irán e Israel.

Irak, que se balancea entre sus aliados Teherán y Washington, ha sido durante mucho tiempo escenario de conflictos indirectos. Tras el estallido del conflicto israelí-iraní el 13 de junio, Bagdad cerró su espacio aéreo para evitar verse involucrado en la guerra y presentó una denuncia ante la ONU por las violaciones aéreas israelíes. Según The Times of Israel, los ataques con drones coincidieron con un alto el fuego anunciado por Estados Unidos entre Israel e Irán, lo que los hace aún más desconcertantes. Irak está decidido a evitar que la violencia se extienda a su territorio, especialmente ante las amenazas de grupos proiraníes como Kataib Hezbolá, que ya han atacado bases estadounidenses.