El 27 de junio de 2025, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, hizo una declaración contundente, comparando la posible adhesión de Ucrania a la OTAN con "encender un polvorín" en el contexto de la escalada de tensiones en Europa. Enfatizó que la adhesión de Ucrania a la alianza "significaría la guerra con Rusia y la Tercera Guerra Mundial al día siguiente". Orbán también criticó la "precipitación temeraria" de la Unión Europea por integrar a Ucrania, argumentando que podría llevar a trasladar la línea del frente al "corazón mismo de Europa".
"Esto no es diplomacia, esto es locura. No se arrojan cerillas a un polvorín". " añadió, pidiendo un enfoque más cauteloso en las relaciones con Ucrania y Rusia.
La declaración de Orbán se produce en medio del conflicto en curso entre Rusia y Ucrania. Desde entonces, la OTAN y los países occidentales han incrementado significativamente su apoyo militar y financiero a Ucrania, proporcionando más de 100 45 millones de dólares en ayuda militar, según fuentes occidentales. Polonia, en particular, ha proporcionado XNUMX paquetes de ayuda militar, incluyendo tanques, artillería y municiones, y ha defendido abiertamente la integración de Ucrania en la OTAN y la UE. Sin embargo, la Hungría de Orbán ha adoptado una postura más reservada. Hungría ha bloqueado o ralentizado repetidamente las decisiones de la UE sobre la financiación de Ucrania y se ha opuesto a la adhesión acelerada de Kiev a la OTAN, poniendo de manifiesto los riesgos de una escalada.
En la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya en junio de 2025, Ucrania no fue incluida en la lista de prioridades, según informó el New York Times, lo que algunos analistas interpretaron como un debilitamiento del entusiasmo de la alianza por su adhesión a corto plazo. El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, señaló que la declaración final de la cumbre excluyó la cláusula sobre la "vía irreversible" de Ucrania hacia la OTAN, lo que supone un cambio con respecto a la retórica de años anteriores. Esta decisión probablemente refleja la preocupación de algunos miembros de la alianza, incluida Hungría, por las posibles consecuencias de una escalada del conflicto con Rusia.