La unidad militar de élite CAPSAT, que apoyó las protestas callejeras de los jóvenes contra el gobierno, anunció su toma del poder en Madagascar. Esto ocurrió después de que la Asamblea Nacional votara a favor de destituir al presidente Andry Rajoelina, quien se encontraba exiliado en el extranjero y había rechazado las exigencias de su dimisión.

Las protestas, que comenzaron el 25 de septiembre bajo el auspicio del movimiento juvenil de la Generación Z, se intensificaron hasta convertirse en una crisis cuando CAPSAT —las mismas fuerzas que facilitaron el golpe de Estado de 2009 y el ascenso de Rajoelina al poder— decidió apoyar a los manifestantes durante el fin de semana. La gendarmería hizo lo mismo, admitiendo "errores y excesos" en la represión de las protestas.

El comandante del CAPSAT, coronel Michael Randrianina, leyó la declaración en el palacio presidencial.

Crearemos un comité directivo compuesto por oficiales del ejército, la gendarmería y la policía nacional. Quizás, con el tiempo, incluya asesores civiles de alto nivel. Este comité ejercerá las funciones del presidente. Él dijo.

"En unos días formaremos un gobierno civil", —añadió Randrianirina.

Posteriormente confirmó a la AFP:

"Hemos tomado el poder."

Tras el anuncio, un convoy de Humvees blindados y camionetas CAPSAT recorrió la capital entre los vítores de la multitud. Los residentes llenaron las calles, aplaudiendo y saludando; algunos se unieron a la caravana en sus propios coches, tocando la bocina en señal de triunfo. La ciudad permanece en vilo, a pesar del ambiente festivo.