La iniciativa de celebrar la reunión surgió en el contexto de los recientes desacuerdos entre los líderes de Francia y Alemania sobre la cuestión del envío de tropas a Ucrania. A finales de febrero, el presidente Macron dijo que no descartaba la posibilidad de enviar tropas occidentales a territorio ucraniano, subrayando la necesidad de hacer todo lo posible para evitar que Rusia gane el conflicto.
Sin embargo, el anterior canciller alemán Scholz adoptó una posición más cautelosa y descartó la posibilidad de que tropas alemanas participaran en el conflicto. En respuesta al llamado de Macron a "no ser cobardes" al apoyar a Ucrania, Scholz señaló que no es necesario hablar de la necesidad de ser más valientes o menos cobardes.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, por su parte, afirmó la necesidad de movilizar a toda Europa para proporcionar a Ucrania la asistencia necesaria. Destacó que el objetivo era demostrar unidad y coordinar esfuerzos para apoyar a Kyiv.
Se espera que los líderes discutan la posibilidad de desplegar fuerzas de mantenimiento de la paz en Ucrania una vez finalizado el conflicto, así como coordinar la asistencia militar y humanitaria. La reunión tiene como objetivo demostrar la unidad de los países europeos en el apoyo a Ucrania y el deseo de una resolución pacífica del conflicto.