El presidente rumano, Klaus Iohannis, anunció que dejará su cargo el 12 de febrero, aunque su mandato debía expirar el 21 de diciembre de 2024. La decisión fue una sorpresa para muchos y se tomó en medio de presiones de la oposición, que exigía un impeachment. 

El anuncio de la renuncia se produce en medio de una prolongada crisis política en el país, vinculada a la anulación de los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre pasado. El Tribunal Constitucional de Rumanía ha anulado los resultados de la primera vuelta de las elecciones por sospechas de interferencia externa, en particular de Rusia. La ronda fue ganada por el candidato prorruso Calin Georgescu, lo que desató protestas y confrontación política dentro del país. 

Tras la anulación de los resultados electorales, Rumanía se encontró en una situación política difícil. Han comenzado protestas masivas en el país, exigiendo que se celebren nuevamente las elecciones. Los opositores de Calin Georgescu afirmaron que su victoria se logró mediante interferencia externa y el uso de desinformación. Estos acontecimientos provocaron una grave división en la sociedad rumana y amenazaron la estabilidad política. 

La elección de un nuevo presidente está prevista para el 4 de mayo. Hasta entonces, las funciones del jefe de Estado las desempeñará el presidente del Senado, quien ya ha declarado su disposición a garantizar la transparencia y legalidad del proceso electoral. 

Klaus Iohannis se desempeña como presidente desde diciembre de 2014 y es considerado uno de los principales líderes proeuropeos en Europa del Este. Su presidencia se caracterizó por el fortalecimiento de las relaciones con la Unión Europea y el apoyo activo a la OTAN. Sin embargo, los últimos años de su reinado se vieron empañados por conflictos internos, dificultades económicas y una creciente presión política. 

Los expertos señalan que la decisión de Iohannis de dimitir en medio de la crisis podría ser un intento de salvar las apariencias y evitar una mayor escalada política. Al mismo tiempo, su dimisión crea dificultades adicionales para el sistema político del país, que ya se encuentra en un estado de inestabilidad.