En Engels, región de Saratov, continúan los trabajos para eliminar las consecuencias de un gran incendio que comenzó el 8 de enero tras un ataque con drones. Según el gobernador de la región, Roman Busargin, en el lugar del accidente se está llevando a cabo un proceso de quema controlada de combustible. Según él, los especialistas trabajan las XNUMX horas del día y el área del incendio se ha reducido significativamente.
“El proceso de quema controlada de combustible continúa. Los especialistas están tomando todas las medidas necesarias para eliminarlo. Las muestras de aire muestran que no hay exceso de concentración de sustancias nocivas en la zona del incendio”, escribió Busargin en su canal Telegram.
Además añadió que, según los expertos, la quema de combustible se completará en dos días.
El incidente ocurrió la mañana del 8 de enero, cuando 11 drones fueron lanzados hacia la región de Saratov. Los escombros de uno de ellos cayeron sobre una instalación industrial en Engels, lo que provocó un incendio. Como resultado del incidente, se declaró el estado de emergencia en la ciudad y se inició una operación de rescate a gran escala en el lugar.
Según el Ministerio de Sanidad regional, dos socorristas murieron mientras extinguían el incendio, otro resultó gravemente herido y ahora se encuentra estable y grave bajo la supervisión de los médicos. El gobernador expresó sus condolencias a las familias de los rescatistas caídos y agradeció a los servicios por su dedicado trabajo.
Por el momento, la superficie del incendio se ha reducido en un 80% y la cantidad de humo ha disminuido considerablemente. Los servicios medioambientales de la región miden periódicamente la calidad del aire. Según las autoridades, no existe ningún peligro para los habitantes de la ciudad.
El ataque a las instalaciones de Engels fue parte de una serie de incidentes relacionados con el uso de drones en Rusia. Los ataques a objetivos de importancia estratégica se han vuelto más frecuentes en los últimos meses, lo que ha causado preocupación tanto entre las autoridades como entre la población local. Los expertos señalan que tales ataques podrían tener como objetivo desestabilizar el funcionamiento de instalaciones industriales y de infraestructura clave.