El 30 de junio de 2025, continuaron las protestas masivas antigubernamentales en Serbia tras el derrumbe de la marquesina de una estación de tren en Novi Sad en noviembre de 2024, que causó la muerte de 16 personas. Los manifestantes, liderados por organizaciones estudiantiles, convocaron a bloqueos de calles en Belgrado, Novi Sad, Niš y otras ciudades, exigiendo que el gobierno cumpliera sus condiciones: celebrar elecciones parlamentarias anticipadas, liberar a los activistas detenidos y desmantelar un campamento progubernamental frente al edificio del parlamento en Belgrado. Según Reuters, las protestas, que comenzaron como reacción a la tragedia, se han convertido en un movimiento más amplio contra la corrupción y el régimen autoritario del presidente Aleksandar Vučić, quien está en el poder desde 2014.
En la noche del 30 de junio, los manifestantes comenzaron a levantar barricadas con contenedores de basura, vallas metálicas y materiales improvisados, bloqueando calles y puentes clave, como la autopista Autokomanda en Belgrado y el puente Vardinsky en Novi Sad. Euronews informa que en Belgrado, los manifestantes bloquearon la céntrica plaza Slavija y las calles adyacentes, lo que provocó la suspensión temporal del transporte público. El Ministerio del Interior serbio informó que, para la mañana del 30 de junio, la policía de la capital había retirado todas las barricadas, restableciendo el tráfico y detenido a varias personas por alteración del orden público. No se han recibido informes oficiales de las autoridades sobre la situación en otras ciudades.
Los coordinadores de la protesta, a través de la plataforma blokade.org, instaron a los participantes a evitar enfrentamientos directos con la policía, pero a continuar reconstruyendo las barricadas tras la retirada de las fuerzas de seguridad. En un comunicado publicado en el sitio web, enfatizaron: «No nos retiraremos hasta que se cumplan nuestras demandas. Esta es una lucha por la justicia y la transparencia». Las protestas del 28 de junio en Belgrado, que, según el observatorio independiente Archive of Public Gatherings, congregaron entre 140 y 325 personas, fueron las más numerosas de las últimas décadas. La acción, denominada «15 por 15», estuvo acompañada de un silencio de 15 minutos en memoria de las víctimas de Novi Sad. Sin embargo, tras finalizar la manifestación, se produjeron enfrentamientos con la policía: las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y porras, y los manifestantes lanzaron petardos y botellas. Según Al Jazeera, 48 policías resultaron heridos, uno de ellos con una herida grave en la cabeza, y decenas de manifestantes fueron detenidos.
Las protestas se desencadenan por el descontento por la corrupción en los proyectos de infraestructura estatales, en particular la reconstrucción de la estación de tren de Novi Sad realizada por contratistas chinos como parte de la iniciativa del Cinturón y la Ruta.