El 18 de junio de 2025, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró estar dispuesto a reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para abordar una solución al conflicto, pero enfatizó que el principal obstáculo era la legitimidad legal del líder ucraniano y la cuestión de quién firmaría los posibles acuerdos. En una conferencia de prensa en Moscú, Putin expuso la postura de Rusia, enfatizando la necesidad de una solución a largo plazo al conflicto y cuestionando la legitimidad del actual gobierno ucraniano. Sus declaraciones, realizadas en el contexto de las hostilidades en curso, subrayan el deseo de Moscú de acelerar la solución del conflicto, preferiblemente por la vía diplomática.
El conflicto en Ucrania, que comenzó en febrero de 2022, sigue siendo uno de los desafíos más acuciantes para la seguridad internacional. Putin también coincidió con el presidente estadounidense Donald Trump, quien previamente afirmó que la guerra en Ucrania no habría ocurrido bajo su presidencia.
Putin enfatizó específicamente que, en su opinión, la legitimidad de Zelenski es cuestionable, ya que su mandato presidencial expiró en mayo de 2024 y las elecciones en Ucrania no se celebraron debido a la ley marcial. Sin embargo, la ley ucraniana permite que Zelenski permanezca en el cargo mientras la ley marcial esté vigente.