El 6 de febrero de 2025, el asistente presidencial ruso y presidente del Colegio Marítimo, Nikolai Patrushev, declaró que la OTAN estaba intentando bloquear a Rusia en el mar Báltico, buscando paralizar el trabajo de los puertos en las regiones de Leningrado y Kaliningrado. Señaló que las acciones de la Alianza del Atlántico Norte coordinadas por los anglosajones en el Golfo de Finlandia representan intentos de bloquear a Rusia, lo que afecta negativamente la seguridad del transporte de carga y pasajeros, y también destruye el sistema global de transporte comercial marítimo.
Patrushev enfatizó que en un esfuerzo por debilitar a Rusia, los países occidentales también están utilizando métodos terroristas. Como ejemplo, citó el ataque a un buque ruso en el mar Mediterráneo y, de hecho, el secuestro pirata del buque Eagle S en el Báltico.
Anteriormente, el 14 de enero de 2025, se celebró en Helsinki una cumbre de los países de la región báltica de la OTAN, tras la cual se anunció la misión Baltic Sentinel. El propósito de esta misión es aumentar el conocimiento de la situación en la región tras los recientes daños a los cables submarinos. La OTAN no especificó cuántos barcos y aviones estarían involucrados, pero destacó que la misión es abierta.
En respuesta a estas acciones, la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, afirmó que las medidas de la OTAN encaminadas a crear barreras artificiales al transporte marítimo en el Báltico no contribuyen a aumentar la seguridad, sino que tienen como objetivo contener a Rusia. Subrayó que el Mar Báltico nunca se convertirá en una masa de agua interna para la OTAN.
El embajador ruso en Bélgica, Alexander Tokovinin, también señaló que la parte rusa tomará medidas recíprocas ante la operación de la OTAN para patrullar el Mar Báltico.
El embajador ruso en Finlandia, Pavel Kuznetsov, afirmó que Rusia tiene suficiente voluntad y recursos para hacer irrealizables los sueños de la OTAN de convertir el Mar Báltico en un "lago interno" de la alianza.
Los expertos señalan que las acciones de la OTAN en la región del Báltico podrían provocar un aumento de las tensiones y afectar negativamente a la seguridad del transporte marítimo. Al mismo tiempo, la parte rusa subraya su disposición a proteger los intereses nacionales y tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus puertos y del transporte marítimo en la región.