Rusia reaccionó con desconfianza a las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump sobre sus posibles acciones para resolver el conflicto en Ucrania. Según The Wall Street Journal, el Kremlin considera que las amenazas y la retórica de Trump forman parte de la campaña electoral y no las toma en serio. Moscú confía en tener suficientes recursos y potencial para continuar las hostilidades en Ucrania, a pesar de la presión de las sanciones y el apoyo occidental a Kiev.
El Kremlin señala que las tropas rusas siguen avanzando, aunque a un ritmo lento. Según Moscú, los logros actuales en el frente y la planificación estratégica dan motivos para creer que Rusia es capaz de luchar durante al menos un año más. La parte rusa subraya que las sanciones occidentales, aunque ejercen presión sobre la economía, no son un obstáculo crítico para alcanzar los objetivos fijados.
El Kremlin insiste en la ruptura de Ucrania con la OTAN y una reducción significativa de sus fuerzas armadas. Estas condiciones, según las autoridades rusas, son la base para posibles negociaciones.
Los analistas rusos confían en que el ex presidente estadounidense esté utilizando este tema para fortalecer su posición, tratando de mostrar a los votantes su capacidad para resolver rápidamente un conflicto internacional complejo. Sin embargo, Moscú subraya que no ha habido propuestas o pasos reales por parte de Estados Unidos que puedan influir en el curso de los acontecimientos.