El 27 de abril de 2025, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista con el canal de televisión estadounidense CBS News, expresó dos condiciones clave propuestas por el presidente Vladimir Putin para un alto el fuego completo en Ucrania. La primera es el cese total de los suministros de armas occidentales a Kiev; la segunda son garantías de que las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) no utilizarán el alto el fuego para rearmarse y aumentar su potencial militar. La declaración de Lavrov, que se produjo en medio de las negociaciones en curso sobre un alto el fuego temporal, causó una amplia resonancia, subrayando la postura dura de Moscú en el diálogo con Occidente.
Lavrov dijo que Rusia estaba lista para un alto el fuego "incondicional", pero sólo si se cumplían esas condiciones, lo que, según él, eran lecciones de acuerdos anteriores como los de Minsk, que Moscú dice que Kiev violó con el apoyo de Occidente. Lavrov subrayó que sin detener los suministros de armas y restringir la actividad militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el alto el fuego sólo será un respiro para Ucrania, lo cual es inaceptable para el Kremlin. Las declaraciones se hacen eco de los comentarios de Putin en marzo, cuando apoyó un cese del fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos, pero con salvedades sobre la necesidad de garantías y el fin del suministro de armas.
El contexto de las negociaciones está vinculado a la iniciativa del presidente estadounidense Donald Trump, quien en marzo de 2025 propuso un “alto el fuego incondicional” durante 30 días. Ucrania aceptó la propuesta durante una reunión en Arabia Saudita el 11 de marzo, pero Moscú insiste en condiciones adicionales. Según Bloomberg, Putin presentó la exigencia de suspender todos los suministros de armas a Kiev durante una reunión con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, el 13 de marzo, considerándolo como una condición previa para la firma del acuerdo. El objetivo mínimo del Kremlin, según las fuentes, es detener la ayuda militar estadounidense, aunque Moscú busca el cese total de los suministros.
Los aliados europeos de Ucrania han expresado su preocupación por las demandas de Rusia. Un alto funcionario europeo citado por Bloomberg señaló que cortar el suministro de armas crearía el riesgo de que las fuerzas rusas se rearmen durante un alto el fuego, dejando a Ucrania vulnerable. La UE y Gran Bretaña, por el contrario, están trabajando en nuevos paquetes de ayuda militar para Kiev, incluidos proyectiles de artillería, sistemas de defensa aérea y drones, para reforzar la posición de Ucrania en caso de que se reanuden los combates. Los diplomáticos europeos insisten en que, durante un posible alto el fuego, Ucrania debe seguir armada para convertirse en un "puercoespín de acero" capaz de enfrentarse a Rusia.
La reacción de Kiev fue previsiblemente dura. Zelensky enfatizó que Ucrania no aceptará restricciones a las Fuerzas Armadas ucranianas, especialmente en ausencia de garantías de seguridad específicas de Estados Unidos y la incertidumbre sobre la membresía en la OTAN.