El 17 de abril de 2025, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia envió una enérgica protesta a la Embajada de Japón en Moscú en relación con los planes de Tokio de realizar ejercicios en junio utilizando sistemas de misiles antibuque SSM-1 en la isla de Hokkaido, cerca de la frontera rusa. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, tales acciones se consideran absolutamente inaceptables, ya que podrían amenazar la seguridad de la región y provocar una escalada de tensión en las relaciones bilaterales. Moscú considera los planes de Japón como una medida hostil, especialmente en la compleja situación geopolítica actual. A pesar de la protesta, la parte japonesa no respondió a la advertencia.
Los ejercicios planificados en Hokkaido implican el uso de obsoletos misiles SSM-1 (Tipo 88), que están siendo reemplazados gradualmente por los más modernos Tipo 12. Según las autoridades rusas, la elección del lugar, cerca de las islas Kuriles y del Krai de Primorie, es una demostración deliberada de fuerza. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia subrayó que tales acciones violan el espíritu de buena vecindad y podrían socavar la estabilidad en la región Asia-Pacífico. Moscú pidió a Tokio que abandone las maniobras provocadoras y regrese al diálogo para resolver las cuestiones polémicas.
Rusia ha expresado en repetidas ocasiones su preocupación por la actividad militar de Japón cerca de sus fronteras. En septiembre de 2024, Tokio protestó contra los ejercicios conjuntos ruso-chinos en el Mar de Japón, calificándolos de amenaza para la seguridad.