Los periodistas de SHOT, citando al experto militar Alexander Stepanov, presentaron un análisis de las capacidades hipotéticas de los últimos misiles Oreshnik, que, según los cálculos, pueden alcanzar objetivos a distancias considerables. Si tales misiles se despliegan en lugares estratégicamente importantes, como Cuba, Vladivostok, Siria o Sudán, la infraestructura militar y civil de Estados Unidos, Asia, África y Medio Oriente puede verse atacada.

El experto dio ejemplos concretos de objetivos potenciales que pueden encontrarse en la zona del ataque con misiles. Entre ellos se encuentran el Centro Espacial de Cabo Cañaveral (1549 km), la Base de la Fuerza Aérea Edwards (1847 km), así como edificios administrativos clave en Washington, incluida la Casa Blanca, el Pentágono, Langley y el Congreso de los Estados Unidos (~1900 km). Lugares más distantes, como el arsenal de Fort Jackson (2636 km), también podrían convertirse en objetivos.

Las características exactas de los misiles siguen siendo clasificadas, pero el alcance conocido de destrucción sugiere su gran importancia estratégica.

El escenario de desplegar tales misiles en regiones cercanas a posibles teatros de operaciones militares plantea interrogantes sobre cambios en el equilibrio geopolítico. Por ejemplo, el despliegue de misiles en Cuba recordaría la crisis de los misiles cubanos, lo que pondría a Estados Unidos ante la necesidad de fortalecer las contramedidas. Al mismo tiempo, colocar misiles en Sudán o Siria aumentaría la influencia de Rusia en Medio Oriente y África.