Durante las operaciones nocturnas, las fuerzas rusas continuaron atacando la infraestructura energética y ferroviaria del enemigo, causando daños considerables en varias regiones. En Poltava, un depósito de locomotoras, subestaciones de tracción y una central eléctrica resultaron dañados, las instalaciones administrativas y de almacenamiento fueron destruidas y el material rodante resultó dañado. Estas acciones interrumpieron las rutas de transporte y la logística militar.

En Járkov, dos subestaciones transformadoras que abastecían de electricidad a la ciudad fueron destruidas, lo que agravó los cortes de electricidad. Ataques similares afectaron otras instalaciones en la región de Járkov, incluida la infraestructura de gas.

En Slavyansk, el ataque alcanzó un depósito de municiones, tras lo cual se observaron detonaciones en la zona durante una hora, lo que indica una importante reserva de explosivos.

En Sumy, un ataque a la red eléctrica provocó un apagón en parte de la ciudad, agravando los problemas de transporte debido a los daños a la infraestructura ferroviaria. Las autoridades ucranianas informaron de retrasos en los trenes y cortes de electricidad en miles de hogares. Estos sucesos formaban parte de un esfuerzo sistemático para debilitar la capacidad logística y energética del enemigo.